EN POLONIA

La Celeste se había puesto en ventaja con un gol de Ronald Araújo. La "Tri" lo dio vuelta con goles de Alvarado, Quintero y Plata. Los de Ferreyra terminaron con 10 por la expulsión de Méndez y quedó afuera del Mundial.

Se terminó. El Mundial Sub 20 ya es historia para Uruguay. Ecuador se fortaleció a partir del gol que le posibilitó empatar el cotejo y consiguió meterse, con justicia, entre los ocho mejores.

Ganó Ecuador porque supo cambiar a tiempo, porque no se enloqueció jamás y porque mandó en la cancha en los momentos y en los lugares indicados.

Lo increíble es que el panorama pintaba más a favor de la Celeste. Sí, el orden en la marca, la buena distribución de la pelota, los pases filtrados y la velocidad por afuera comenzó siendo el fuerte de Uruguay, con lo que había empezado mejor que Ecuador en el trámite y en el marcador. Pero, de repente, cayó en un pozo que permitió a la "Tri" reaccionar. Y a partir de la igualdad vino otra historia muy diferente.

De la Celeste que provocaba acciones de riesgo se pasó a un equipo que entregó pelota y cancha. Además, se dejó de apostar al juego colectivo y simplemente se procuró alejar el balón de la zona defensiva.

Un balón al área enviado por Juan Manuel Sanabria que fue conectado por Ronald Araújo le había dado al equipo de Gustavo Ferreyra la apertura en el marcador, pero de manera poco creíble el Ecuador paciente y criterioso comenzó a crecer.

Alexander Alvarado, autor del penal que dio el empate, y Gonzalo Plata empezaron a manejar el juego y Ecuador inclinó el partido hacia el arco de Franco Israel. Con todo, la acción del penal se gestó después de un error en la salida uruguaya y terminó con la falta innecesaria de Ezequiel Busquets.

La tormenta no pasó y Campana metió un cabezazo de gol dos minutos después de igualar el cotejo, pero el árbitro lo anuló por una infracción del atacante, que fuese convalidada por el VAR.

Si bien Uruguay se mostró nuevamente activo en el comienzo de la segunda mitad, ni Gustavo Ferreyra metió los cambios que posibilitaran que el equipo dejara de depender de la acción individual de Brian Rodríguez ni el trabajo defensivo entregó sensaciones de seguridad.

Una presión alta más ordenada y numerosa dejó abierta la puerta de la ilusión para llegar a meterse entre los ocho mejores, pero las deficiencias defensivas y la poca efectividad en los últimos metros terminaron siendo el gran castigo.

Ecuador llegó al 2-1 con un bombazo de Quintero  y un desesperado Uruguay quedó expuesto al cierre de la cortina. Que vino, con otro penal bien sancionado por la última acción de Bruno Méndez -en modo Luis Suárez- para evitar lo que después terminó sucediendo con la ejecución de otro penal.

Y ahí terminó todo.