EN EL FRANZINI

Siempre hay que ponerse en el lugar del otro para tratar de entender desde todos los puntos de vista las reacciones. Y si uno hace ese ejercicio, pucha que es difícil no comprender lo que le pasa a todo el mundo Nacional. La sensación de frustración por la derrota 2-1 ante Defensor Sporting es nimia ante la de impotencia que deben sentir jugadores, cuerpo técnico, dirigentes e hinchas luego de ver cómo en las últimas dos fechas, dos claras faltas en el área no sancionadas a su favor le hacen perder cinco puntos y quizás la temporada.

Luego de una semana convulsionada, con advertencias de quita de respaldo al Ejecutivo y reclamo de remoción de las autoridades arbitrales por los constantes fallos en contra de la institución tricolor, potenciado por el clarísimo penal no cobrado el pasado domingo en el clásico (0-0) por Leodán González -lo cual le costó al árbitro no ser designado para ningún partido en esta fecha 13-, viene este juego con Defensor Sporting en el Franzini, la puesta en ventaja con golazo de tiro libre de Felipe Carballo (10u2019), el empate de Mauricio Gómez (32u2019) y la jugada que le echa combustible al incendio: el clarísimo penal (más aun que el del clásico) de Gómez a Thiago Vecino, a quien el defensor violeta le estiró la camiseta hasta casi arrancársela.

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Pablo Giménez, no muy bien ubicado, no lo sancionó. El línea Marcelo Alonso debería haberlo visto, porque estaba de frente, pero tampoco marcó falta. Para peor, en la recarga violeta llegó la falta al borde del área que le costó la segunda amarilla y la expulsión (correctamente decretada) a Mathías Cardacio y el tiro libre magistralmente colocado por Gómez para decretar su doblete y la victoria 2-1 de un Defensor Sporting que la necesitaba para continuar en zona de Copa Sudamericana.

Había jugado mejor el violeta en la segunda mitad, frente a un Nacional impreciso, que debió haber refrescado el equipo antes y cuya principal equivocación de Álvaro Gutiérrez fue haber mantenido en cancha a Cardacio, cuando estaba al borde de la segunda amarilla.

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Después no hubo más partido para Nacional, porque se quedó congelado en ese minuto 80 fatal, con la cabeza en u201cpor qué me pasa esto a mí siempreu201d y entregado desde el subconsciente porque, en definitiva, de qué vale hacer el esfuerzo si no lo van a dejar tener la recompensa.

Perdió Nacional y los efectos son impredecibles, porque este viernes a la noche puede que tampoco ya sea líder de la Anual.

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Hoy los reclamos tricolores parecen justos. Por el bien del fútbol y la cristalinidad la AUF debe dar un golpe de escena y ya mismo relevar autoridades arbitrales. Motivos tiene de sobra y documentados.