Publicidad

Villa felicidad

Compartir esta noticia
Cerro-Nacional. Foto: Ariel Colmegna

Cerro jugó con el corazón, venció 1-0 a Nacional y logró tres puntazos que lo sacaron de la zona roja. El albiceleste sueña con seguir en primera y el tricolor hace rato que solo piensa en las finales.

Uno trata de imginárselo, pero es imposible. Solo el hincha de Cerro sabe lo que se siente luego de un triunfo como el de ayer (1-0) sobre Nacional.
“Arriba blanco y celeste...”, suena por los parlantes del Troccoli. Los jugadores están en el medio de la cancha unidos como en un racimo, todos abrazados y disfrutando el momento. Y afuera el hincha alza los brazos, crispa los puños, mira al cielo y suelta el grito gemelo “¡Cerro, Cerrooo!”.

Solo ellos, los de corazón albiceleste, son capaces de disfrutar así porque el triunfo tiene matices que lo hacen muy especial. Fue ante un grande, en ese estadio al que tantos reparos se le ponen, luego de bancar la prepotencia injustificada de la Policía (que casi genera un problema grave) y logrando puntos que lo sacan de la zona roja, aunque no le aseguran la permanencia.

Cerro se quiere quedar. En los últimos dos partidos metió seis puntos ante rivales muy difíciles: primero venció a Rampla en el clásico de la Villa y ahora a este Nacional, apático, que estuvo en cuerpo pero no en alma sobre el campo de juego del Troccoli.

El albiceleste jugó como lo reclamaba el partido: con el corazón en la mano, con los dientes apretados para pelear cada pelota y ganar cada tranque. Nacional, en cierta manera, jugó como debía hacerlo: sin exigencias. Y poco puede reprochársele.

Al tricolor este partido nada le cambiaba. Su objetivo no eran los tres puntos (mucho menos luego de los triunfos de Peñarol y River Plate el sábado), sino que ningún futbolista se lesionara pensando en las finales del Uruguayo. Y eso se notó en la actitud.

El tricolor casi no generó peligro en los 90’. Un cabezazo de Iván Alonso (12’) y un disparo lejano de Romero (29’) fue todo el aporte ofensivo para el espectáculo del equipo de Gutiérrez. Ni una jugada de riesgo en la segunda mitad, cuando ya tenía línea de tres, a Recoba tirando centros y a Taborda tratando de aprovecharlos.

Espino, Romero, Barcia, Fernández y Alonso desconocidos. Y del otro lado Hugo Silveira fue una pesadilla. Por arriba, por abajo, en los mano a mano, tirando diagonales hacia los costados y hasta haciendo la chilena que significó el gol de Tancredi, el centrodelantero fue imbancable. ¿Cuánto más lo disfrutará Cerro? Seguramente muy poco.
Con él como estandarte y con Canosa como símbolo de garra, Cerro sueña con quedarse en primera. Mientras, disfruta y solo el hincha albiceleste sabe cuánto.

CERRO 1 - NACIONAL 0

Estadio: Luis Tróccoli
Árbitro: Andrés Cunha
Asistentes: Carlos Pastorino y Marcelo De León.

Cerro: Sebastián Fuentes; Baltasar Silva, Williams Martínez, Rodrigo Canosa, Silvio Dorrego; Alvaro Brum, Rodrigo De Oliveira (39' Matías Abisab), Gastón Martínez, José Luis Tancredi (82' Luis Urruti);  Hugo Silveira y  Mario Regueiro (61' Lucas Hernández). DT: Miguel Falero.

Nacional: Jorge Bava; Sebastián Gorga, Carlos Valdés, Diego Arismendi, Alfonso Espino (57' Jorge Fucile); Gonzalo Porras, Santiago Romero Leandro Barcia (46' Álvaro Recoba), Sebastián Fernández (72' Sebastián Taborda), Carlos De Pena e Iván Alonso. DT: Álvaro Gutiérrez. 

Gol: 47' Tancredi (C)

Amarillas: Taborda, Valdés, Porras y De Pena (N)

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Cerro-Nacional. Foto: Ariel Colmegna

en el tróccoliDANIEL ROSA

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

torneo clausuracerroNacional

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad