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Se viene el fútbol sin gritos ni insultos: los árbitros la tendrán más fácil

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arbitros
Gerardo Perez

LA VUELTA DEL FÚTBOL

Nadie se acordará de sus madres ni los llamarán ladrones, pero quienes imparten justicia prefieren la adrenalina. "Yo prefiero que haya gente que me insulte a que no haya nadie", dijo Umpiérrez.

Los árbitros de primera categoría e internacionales vuelven hoy a entrenar en forma colectiva. Lo harán divididos en grupos y en diferentes días y horarios en la cancha de fútbol 7 del Complejo Celeste y bajo las órdenes de los preparadores físicos del Colegio. Entrenarán en ese régimen tres semanas y luego se agregará el horario de la noche. Ya fueron hisopados y todos los resultados fueron negativos.

Aunque todos se han entrenado durante el encierro por la pandemia del coronavirus, hoy vuelven a encontrarse y comienzan la preparación de cara al reinicio del Torneo Apertura. Y lo que les espera es una experiencia diferente: un fútbol sin gritos ni insultos. La silbatina no bajará de la tribuna cuando la cuaterna ingrese a la cancha. No se escuchará el clásico “¿qué cobras cuervo ladrón?”. Y nadie se acordará de sus madres ni abuelas.

Da la impresión que los árbitros la tendrán más fácil porque no sentirán la presión de la hinchada. Y podrán arbitrar con mayor tranquilidad. Sin embargo, los jueces consultados por Ovación aseguraron que prefieren dirigir con público, que están acostumbrados a los insultos y que eso es lo que les genera adrenalina.

“Va a ser rarísimo. Los hinchas, las tribunas llenas, son parte del fútbol. Y es lo lindo. A mí dame gente en los estadios. No va a ser lo mismo; para mí que no haya gente es aburrido”, dijo Christian Ferreira.

“Obvio que no es lindo que te insulten, pero el grito de la gente es parte de la adrenalina, lo que a uno lo motiva. Si me das a elegir prefiero que las tribunas estén llenas y me esté gritando todo el mundo a que estén vacías. Es la realidad”, agregó Ferreira, quien ya tuvo la experiencia de arbitrar un partido jugado a puertas cerradas.

“Tuve esa experiencia y te sentís raro, porque ya estamos acostumbrados a la presión de la hinchada. Y sentirla es lindo. Todo ese entorno es, en parte, lo que te lleva a estar concentrado durante los 90 minutos. Si no hay nadie en la tribuna y el partido parece de práctica podés llegar a perder un poquito la concentración. Porque el entorno y un estadio lleno te lleva a estar más motivado dentro del campo. La presión la vamos a tener igual por el partido en sí. No podemos bajar los brazos ni perder concentración. Nos pasa como a los jugadores, para ellos tampoco va a ser lo mismo jugar sin público. Porque a ellos los alientan, pero también los putean”.

estadios
Vacíos. Así estarán los estadios cuando recomience la actividad el mes que viene. Foto: archivo El País.

Algo similar opinó su colega Claudia Umpiérrez. “Sin público arbitramos solo los partidos de práctica, cuando piden jueces. Aunque obviamente, ahora hay puntos en juego. Yo prefiero toda la vida que haya gente que me insulte a que no haya nadie. El público también juega su partido, le da otro color al entorno”, dijo la jueza.

“Además, cuando empieza el partido los árbitros nos aislamos del entorno y de la hinchada. Creo que más presión sienten los jugadores cuando la hinchada les grita para que vayan para adelante. Nosotros no vamos a sancionar ni dejar de hacerlo porque nos griten más o menos”, añadió.

“También va a ser distinto porque con el estadio vacío se escucha todo”. Y es cierto, porque también ellos deberán cuidarse en su diálogos con los futbolistas.

“No va a haber silbatina ni nada. Esperemos, sería de locos que nos silbaran de afuera del estadio. Je. Aunque la gente es tan original que capaz que escuchan la radio y nos gritan de afuera”, finalizó Umpiérrez, quien tenía muchas ganas de volver. “Se hizo largo. Los primeros fines de semana los disfruté un montón con la familia. Hice cosas que no podemos hacer cuando hay fútbol, pero luego se hizo largo”, explicó.

“Cambia el entorno, pero lo que nunca tiene que cambiar es nuestro foco, nuestra concentración en el partido”, dijo por su parte Leodán González haciendo un alto en sus ejercicios de musculación. “El fútbol espera que el árbitro sancione lo que sucede con justicia. No nos tiene que afectar que no haya gente, tenemos que entrar concentrados para el partido. Y que cuando el juego termine estemos tranquilos porque dimos todo”, afirmó. “No hay que pensar que hace seis meses que no arbitro, hay que dejar las cosas negativas de lado”, insistió.

PSICoLOGO

Leodán también entrena lo mental

Leodán González trabaja hace tres años con el psicólogo deportivo Jesús Chalela. “Arranqué para que me ayudara porque creo que el arbitraje no sólo se nutre de lo físico y lo técnico, sino de lo mental. Me ha servido mucho. Tiene la misma relevancia que contratar un preparador físico para mejorar, o más. La parte mental es muy importante para el deportista”, explicó Leodán.
“Durante este tiempo tuvimos sesiones virtuales y me sirvieron para entender que esto iba a pasar. Y tomé cada día de trabajo como uno menos para volver sabiendo que tenía que estar fuerte cuando ese día llegara”.

“La diferencia puede estar en lo emocional. Hay cosas que le van a cambiar a los jugadores y a nosotros, y es la adrenalina, la parte emocional. Aunque a ellos los alienten y a nosotros no. Obvio que va a faltar algo. Todos tenemos un rol y el publico también. Va a faltar y no va a ser lo mismo. Pero había que empezar”, analizó el árbitro.

“El público hoy lo tenemos con la imagen televisiva. La verdad de si acertaste o erraste la tiene la imagen televisiva”.
Leodán también cree que hay que estar muy atentos ante la posibilidad de aflojar. “Hay que tener cuidado de no relajarse, de pensar que no va a haber tanta exigencia. Hay que estar a la altura de la demanda del partido. Porque si termina y no estuve a la altura de las circunstancias voy a tener después otro tipo de presión. Hay que estar focalizado en hacer un buen trabajo. Lo otro son factores externos que no deben sacarnos del verdadero foco y la verdadera presión del árbitro”, culminó González.

conflicto

La AUF pretende topearles la paga y los árbitros no lo aceptarán

Audaf, el gremio que nuclea a los árbitros, mantuvo el lunes una reunión con la AUF y no tuvieron buenas noticias. Es más, se fueron muy preocupados. Los árbitros tienen un convenio con la AUF por el cual tienen asegurados tres partidos por mes, los que cobran ya sea que los dirijan o no. Esto lo que les asegura es cobrar un mínimo si no hay fútbol por alguna razón.
Pero ahora el Ejecutivo de la AUF les planteó una serie de medidas por las cuales topearles la paga. Es que, como es de público conocimiento, el calendario del campeonato se va a comprimir debido a los meses de parate por el coronavirus. Se van a jugar seis partidos por mes en lugar de cuatro. Y la AUF pretende pagarles tres partidos aunque arbitren cinco o seis. Y lo quieren hacer hasta febrero, cuando finalice el Uruguayo. Los jueces lo consideran inaceptable.
Esto es parte de la negociación por los árbitros de juveniles, que no la han pasado nada bien durante la pandemia. La AUF sólo les entregó dos partidas de menos de $ 10.000. Y ahora se pretende que el dinero de esos juegos que no le pagarían a los de Primera, se utilice para darle a los de juveniles una partida de $ 9.000 por mes hasta que comience la actividad de sus categorías.
Los árbitros están dispuestos a donar el 9% de sus aportes gremiales a Audaf y si es necesario también donarle a sus colegas de las categorías menores uno de los partidos que dirijan en el mes. Lo que los jueces pretenden es que Audaf ponga una parte, ellos otra y la AUF otra, que las cosas sean más equilibradas. Pero no están dispuestos a aceptar la propuesta de la AUF, pues entienden que van a trabajar el doble por la mitad de la paga. Pasarían a cobrar menos que un árbitro de la Liga Universitaria.
De todas maneras, recién ha comenzado la negociación. Y esperan que esto sea sólo el comienzo de la misma y que se pueda llegar a un acuerdo. Hoy se da por sentado que el Apertura recomenzará en agosto, aunque aún no se confirmó la fecha. En las últimas horas trascendió que sería el 8. Pero en las próximas semanas habrá una asamblea de Audaf y el inicio no es tan seguro.

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