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Vidas casi paralelas: Peñarol tiene la palabra, Nacional no se calla

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Peñarol Nacional

Los aurinegros juegan con el destino en sus manos; los tricolores, en cambio, dependen de otro resultado.

Hoy se juega la última fecha del Torneo Apertura y en torno a ella hay una idea generalizada que parte, sino de una base errónea, al menos de una formulación en su expresión que es equivocada: Peñarol depende de sí mismo y Nacional, en cambio, de lo que pase en el Centenario.

No, porque las vidas de ambos corren por separado, una por detrás de la línea de la otra, pero al mismo tiempo: no se trata de que los tricolores van a estar sentados en Belvedere, esperando por lo que ocurre en el estadio, y después entran a escena para jugarse su chance de ser campeones del Torneo Apertura, de acuerdo al resultado del partido que disputará el tradicional adversario.

La realidad establece que Peñarol tiene prioridad sobre el objetivo de los dos cuadros grandes en la presente jornada, por una razón de orden matemático: lleva un punto de ventaja y, si gana, alcanza la meta y "mata" la ilusión de Nacional, que también debería vencer a Liverpool, lo que no es un detalle menor, al fin y al cabo, y también la de Cerro, que —ese sí— juega por la mañana y, si vence, "se sienta" a aguardar lo que suceda en la tarde.

Dentro de ese contexto, entonces, surge una primera reflexión: Peñarol depende de sí mismo, pero enfrenta a dos rivales, mientras que Nacional corre con un punto de desventaja, pero juega sólo contra Liverpool, aunque con el contrapeso —que, fechas atrás, para los aurinegros no resultó insalvable— de que en Belvedere son visitantes.

Esto es, para llevar adelante su misión —que es ganar, y que en los últimos partidos se ha vuelto "imposible"— el líder debe vencer a Juventud, algo que por lo visto del equipo pedrense ante Nacional, no le va a ser fácil, pero también tiene que superar la presión multitudinaria que su hinchada, movida por el gigantesco motor de su ansiedad, viene ejerciendo desde el comienzo de la semana.

Pruebas al canto: ayer se llevaban vendidas 34.750 entradas, lo que hace pensar que hoy habrá 45.000 personas en el Centenario; y ese es un factor que deberá manejar muy bien Peñarol, no sólo si no se hace un gol de entrada, como se cree en forma mayoritaria: este equipo aurinegro ha demostrado — más de una vez— que, así como le cuesta abrir los partidos, también tiene la misma dificultad para cerrar aquellos en los que el resultado parcial le es favorable.

En ese marco, pues, se va a desarrollar —a distancia— un megaespectáculo con dos escenarios, en los que los oídos de los protagonistas no van a estar igual, sino en forma totalmente contraria: para su mejor y mayor concentración, Peñarol jugará con los oídos tapados respecto a lo que vaya ocurriendo en Belvedere, porque si se pone en ganancia y recibe noticias inquietantes de cómo va el tradicional rival, se puede echar encima a un tercer adversario, además de Juventud y su propia hinchada; Nacional, en cambio, jugará en "la Cuchilla" con el compromiso de ganar, pero con los oídos bien abiertos, y en forma hasta ansiosa, por lo que pase en el Centenario.

Por todo eso, Peñarol tiene la palabra. O la primera; pero Nacional no se calla y también está dispuesto a hacer escuchar la suya al tallar por el título de campeón, puja que hace que la vida de ambos corra al mismo tiempo, una detrás de la línea de la otra, no en forma paralela, sino...casi.

Sebastián Fernández.

Veloz, vivaz, inquieto, ha hecho un muy buen semestre: es una carta de gol que Nacional ha jugado en el área de los equipos adversarios.

Luis Aguiar.

Después de Forlán, es el otro pilar de la gestación ofensiva de Peñarol: sin brillar, en los últimos partidos, metió pases de gol, muy gravitantes.

LAS CLAVES.

1 - La multitud.

Ayer se llevaban vendidas 34.750 entradas; obvio, en su enorme mayoría para hinchas de Peñarol, que deberá manejar ese factor para que no le juegue en contra: para abrir el partido o...para cerrarlo.

2 - El balance.

Si gana Peñarol, es campeón y, en la búsqueda de ese objetivo, debe tener balance, algo que sin Nandez en el mediocampo, le puede ser difícil de lograr: Juventud tiene gente rápida en el contraataque.

3 - Los rivales.

Ni Juventud ni Liverpool han cumplido buenas campañas, pero los negriazules le dieron un susto a Peñarol en Belvedere y los pedrenses hicieron otro tanto con Nacional en el Centenario. Dos antecedentes: ojo.

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TORNEO APERTURAJORGE SAVIA

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