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Otra vez rugieron como unos leones

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EDWARD PIÑÓN

OJO CRÍTICO

EDWARD PIÑÓN

Hay una marca. Ya es un sello de este Uruguay que se ha empecinado en estar en la elite del fútbol mundial. Ese diferencial aparece siempre que se lo necesita y es una historia que se repite. En Barranquilla, como tantas veces en otros lugares, los jugadores rugieron como leones.

EDWARD PIÑÓN

Rugió Rodrigo Bentancur con su fuerza para ir hacia adelante y robar la pelota con su técnica. Rugió Nicolás De la Cruz para encimar y molestar a Juan Cuadrado y para explotar la banda. Rugió Edinson Cavani con su papel de lateral bis, volante y delantero. Rugió Nahitan Nández con su interminable despliegue. Rugió José María Giménez saliendo a cruzar a todo aquel audaz colombiano que fue capaz de sortear una primera barrera. Rugió Lucas Torreira convirtiéndose en el demoledor de todas las buenas intenciones que pudieron tener los muchachos de Queiroz. Rugió Matías Viña barriendo, saltando, proyectándose.

Así, con el compromiso absoluto de todos por formar una pared de acero y por la convicción absoluta que demostraron de que había que presionar y atacar, Uruguay armó un equipo que volvió a dar la talla. Otra vez. Como tantas otras antes apareció el sello. Esa marca que hace que este equipo sea una fiera. Y sí, si rugieron como leones.

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