CLÁSICO

Peñarol ganó los dos clásicos y levantó la primera Supercopa.

Dos partidos, dos clásicos y dos copas. Así empezó Peñarol el 2018, con el aditivo de que el título conseguido anoche fue oficial e histórico, pues su nombre quedará grabado como el del primer campeón de la Supercopa Uruguaya.

¿Se puede pedir un mejor comienzo de año? No, imposible, porque además en ambos juegos clásicos demostró una contundente superioridad sobre Nacional, al que venció primero por 2-0 y anoche 3-1.

Todo lo contrario es precisamente el panorama para el tricolor. Hay preocupación, es lógico, pero también debe haber paciencia. Aunque leve, el equipo del que recién se hizo cargo Alexander Medina mostró alguna mejoría, pero por ahora siguen siendo más las falencias. Está claro que es un equipo en formación y que de equipo, precisamente, por ahora tiene poco.

Peñarol jugó bien y por momentos muy bien cuando tuvo la pelota. Volvió a sacar provecho del gran momento del “Cebolla” Rodríguez, que corre, quita, pasa y anota. El gran acierto de Leonardo Ramos ha sido ubicar al capitán aurinegro como doble cinco y no solo por lo que juega, sino por lo que contagia. Es el primero en dar el ejemplo a la hora del sacrificio, como para demostrar que entiende todo cuando se pone el brazalete.

El triunfo aurinegro se cimentó en la primera mitad, en la cual fue contundente. Sacó provecho de tres errores defensivos del rival y liquidó allí el encuentro.

Pase corto en la salida de Arismendi al minuto de juego y gol del ecuatoriano Fidel Martínez con soberbia definición, desde unos 30 metros, por encima del arquero que estaba adelantado.

Taco arriesgado de Espino, robo de Canobbio, penal por falta de Polenta y definición del “Cebolla” al medio para el 2-0 a los 39’.

Distracción de toda la defensa en la marca de una pelota quieta, anticipo de Maxi Rodríguez y 3-0 a los 45’.

Fueron cuatro llegadas de Peñarol y tres goles. Lo que más golpeó a Nacional fue que mientras estuvo 1-0 abajo, tuvo más la pelota generó peligro, pero no tuvo fuerza ofensiva, la que espera le den Bergessio y el marfileño Gohou.

Peñarol se dedicó a manejar la diferencia en el segundo tiempo, intentó aumentar de contraataque y no fue capaz.

Nacional se desdibujó totalmente, todos pasaron a jugar su partido sin orden táctico y el aurinegro sacó provecho de todo eso. El tricolor desperdició pelotas quietas, pero aún así llegó al descuento con un soberbio tiro libre de Viudez, pero ya era tarde. Había cometido demasiados errores como para aspirar a algo más.

Peñarol levantó la Supercopa Uruguaya. Nacional dejó una imagen preocupante a cinco días del debut en la Copa Libertadores.