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Vacío en todo

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Posando. La foto tradicional del equipo. Otras caras y otro estilo de juego. Luna jugó con la “10” de Giorgian De Arrascaeta en el Defensor de Larriera.
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Al Estadio Franzini le faltó color y calor en las tribunas, pero también la emoción del gol en los dos arcos.

Por quién vas a gritar hoy ehhh? ¡Tenés el corazón dividido!". La pregunta se la hizo José Fuentes, el directivo tricolor, al término del primer tiempo a Daniel Alonso, padre de Iván y de Matías, los delanteros de Nacional y Defensor Sporting que se enfrentaban en la cancha.

"Y... cuando ataca el 19 grito por el 19... y cuando ataca el 24 grito por el 24...", respondió con una sonrisa Daniel Alonso, identificando a sus hijos por el número de camiseta que llevaban anoche en el Franzini.

Y justo él, goleador en los 70, hombre negriazul y de la Celeste, que supo dejar el tendal con arqueros vencidos y defensas dolidos.

Los dos Alonso estuvieron cerca, muy cerca del gol. Caminaron por la cornisa, pero tanto Bava y Campaña ahogaron el grito paterno y el de los hinchas. La pelota no quiso entrar.

Los arqueros ganaron los mano a mano que tuvieron ante los delanteros y fueron decisivos para que en los arcos el escenario violeta también quedara vacío.

Es que al partido le faltó calor y color. No hubo fiesta en las tribunas por una decisión (respetable, por cierto) de la dirigencia defensorista.

Defensor le pagó a Nacional con la misma moneda. Le dio a 600 hinchas tricolores un rincón en la Tribuna "25 de Julio de 1976", la cabecera que da a Julio Herrera y Reissig.

Fue una revancha anunciada desde la primera fecha del Torneo Apertura, cuando los presididos por Daniel Jablonka pidieron toda la cabecera en el Gran Parque Central.

Anoche, el grueso de la hinchada tricolor se perdió el partido y sólo hubo 600 privilegiados en el Franzini.

Y por si fuera poco, Defensor tampoco habilitó la Tribuna "Ghierra" y el estadio lució vacío, tan vacío como terminaron los arcos a lo largo de los 90 minutos.

Faltó el aliento en las cuatro tribunas, porque los cantos y el salto de los hinchas, de un lado y del otro, no fueron suficiente.

El entorno es otro, y el clima también. Anoche fue muy diferente, y ese vacío se sintió dentro y fuera de la cancha.

Igual, y pese al poco público, hubo que parar el juego por una bengala que encendió la hinchada tricolor. Ya lo había hecho en el primer tiempo pero pasó inadvertida. Casi al cierre del partido, se repitió la historia y estuvo a punto de suspenderse. Hubiese sido tragicómico. Y con el fútbol más vacío que nunca.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Posando. La foto tradicional del equipo. Otras caras y otro estilo de juego. Luna jugó con la “10” de Giorgian De Arrascaeta en el Defensor de Larriera.

TORNEO CLAUSURAJOSÉ MASTANDREA

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