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Dos uruguayos que la pelean

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Sebastian Ariosa
Archivo El Pais

Sebastián Ariosa fue abandonado por Olimpia, y Marcelo Tabárez fue apoyado y respaldado por Danubio.

Sebastián Ariosa se reencontró con el fútbol tras dos años de incertidumbres y penurias. Pero jamás se entregó. Superó un cáncer que lo dejó inactivo y sin club, pero este año volvió a los entrenamientos con el plantel de Defensor Sporting, el club que lo vio nacer desde sus formativas.

Ariosa pasó del calvario de ser despedido a la satisfacción que provoca un recibimiento de un grupo de jugadores, que se emocionaron con su presencia en el Complejo Arsuaga, en Camino Pichincha.

Los violetas le abrieron las puertas para retomar los trabajos físicos, algo que Olimpia de Paraguay le negó en su momento, cuando era parte del plantel principal pero fue apartado porque se le detecto un cáncer de mediastino.

El regreso de Ariosa, luego de superar una larga batalla de dos años con la enfermedad, se dio un año y nueve meses de lucha contra la cruel enfermedad,

"Estoy feliz, loco de la vida, por fin se dio algo que esperaba hace tiempo. El objetivo era volver y se va a cumplir de la mejor forma. Estoy apto para la actividad de alta competencia. Es volver, es nacer, es volver a ilusionar y trazar nuevos objetivos", dijo a Ovación hace dos meses

Pero Ariosa no es el único futbolista uruguayo que emprendió ese duro partido, el de su vida.

El último caso, el golpeó con una fuerza demoledora en el medio, es el del danubiano Marcelo Tabárez. "Todo es nuevo para mí, casi no pude dormir. Esto fue una sorpresa que no me esperaba. Me sorprendió el antidopaje positivo porque nunca tomé nada, pero cuando me enteré del nombre de la droga y entré en Internet, lo asocié porque tenía hace cuatro meses un bultito en el testículo derecho, que no sabía que era. No me dolía, se fue incrementando y era más grande que el otro testículo. Como no me dolía y estaba jugando, pensé que se me iba a ir", dijo el volante de 22 años que no le contó a nadie lo que le pasaba. "En Internet me di cuenta cómo venía la mano porque es una sustancia que segrega el organismo para defenderse de tumores testiculares. Por un lado me quedé tranquilo porque ese era el motivo de que me diera positivo el control, pero después estaba el otro tema y supe que venía una operación o algo. Lo máximo que hay que tener dentro de lo normal es 5 y yo tenía más de 500. Cuando me dijeron eso me di cuenta que era algo complicado. Se me encendió la alarma", confió a Ovación hace días tras su operación. Sabe que el partido continúa...

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Sebastian Ariosa

InformeJ. M.

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