Cuatro años atrás, fui testigo de una de las tantas proezas de la Celeste. Fue durante la Copa América 2011, en la Argentina, donde Uruguay había llegado como punto y no como banca a la sede de Mendoza.
JOSÉ MASTANDREA
Chile, era el gran favorito a pasar de ronda, a quedarse con el grupo y a pelear la Copa junto al local y a Brasil.
A los candidatos de la cátedra se sumaba Colombia, otra selección con buena prensa.
¿Uruguay? nada... lo de siempre. Un cero a la izquierda ante tantas estrellas, porque los medios hablaban de Messi, de Tévez, de Suazo... y nadie de Forlán, de Suárez, o de Cavani. Lo de siempre.
Uruguay no empezó bien. Igualó con Perú 1-1 y repitió con Chile ante un estadio vestido de rojo, alentando a los trasandinos que llegaron a ganar la Copa. La Celeste le ganó a México, clasificó y le tocó jugar en Santa Fe ante la Argentina. "Pan comido", decían todos.
Y allí, en esa fría noche del 16 de julio, con todo en contra y con diez jugadores, Uruguay eliminó al local con Messi y Cía.
La Celeste, una vez más, arruinaba la fiesta del local. Cuatro años después... ¿le tocará a Chile?
Desde el Arco