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La TV bien pero...en Cerro mucho mejor

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Eduardo Acevedo. Foto: Fernando Ponzetto
Archivo El Pais

Acevedo disfruta de su estelar regreso a las canchas y explica el éxito villero.

El sol pegaba con fuerza en el Tróccoli a minutos de comenzar la práctica de Cerro. El técnico, Eduardo Acevedo, llega sonriente y, tras dar las indicaciones previas a sus dirigidos, atiende a Ovación bajo la agradable sombra del banco, un lugar que extrañó el tiempo que estuvo afuera de las canchas.

Por eso, ahora está disfrutando. "Muchísimo. Tuve un tema con unos contratos, con una empresa suiza que me iba a colocar en el fútbol árabe, que me costó un año. Hoy, con el diario del lunes es fácil verlo, pero era mucho dinero. En ese tiempo me invitaron a un programa de TV, donde me divertía mucho, aunque lo mío siempre era la cancha", contesta el DT confesando además que esa experiencia televisiva le ha ayudado a comprender otro de los costados del fútbol. "Yo una vez le dije a un compañero tuyo: "No estoy de acuerdo con darte el equipo. ¿Tú me dirías qué notas piensas hacer mañana aunque la competencia se enterase?" Fue una experiencia brillante y ahora entiendo más la parte del periodista".

Una de las claves en el gran torneo que está realizando el equipo albiceleste es su firme apuesta por un sistema de juego que lleva empleando desde el inicio, un clásico 4-4-2 en el que los volantes externos cobran mucho protagonismo en la creación. ¿Traía esta idea el técnico desde casa? Confiesa que no y que de hecho es producto del buen material con el que se encontró al llegar. "En la cabeza tenía pensado el sistema para encontrar la generación de espacios. Para ello, mi idea era traer a algunos futbolistas que finalmente no pudieron venir. Pero llego a Cerro y me encuentro con algunos jugadores que no estaban jugando que me dieron eso y mucho más. Hay que tener un sistema madre y luego vienen las ramificaciones y cómo modificarlo dentro del juego según las circunstancias. Aquí tengo jugadores muy variables en cuanto a su funcionalidad, lo cual es buenísimo", explica Acevedo.

Otra de las claves a las que apunta es a la fuerte competencia que se generó en su plantel. "Debe ser fuerte y sana. Hoy en este equipo está complicado para meterse en el banco, está muy peleado y los titulares saben que se mantienen por funcionamiento y resultados. Hay que potenciar al que no juega. Por eso el primer entrenamiento tras un partido suele ser un amistoso para los que no participaron ante un equipo de la B o de otro lado. En el resto de la semana entrenan todos a la par".

Uno de los principales cambios de Acevedo fue entregarle la responsabilidad al grupo de veteranos para afrontar los objetivos. "Pelear un descenso, como le ha pasado a Cerro estas últimas temporadas no es para pibes. Hay que armar una columna muy fuerte de gente con trayectoria para que después los pibes puedan funcionar. El futuro que tienen Lucas, Sant'Anna, Urruti, Abisab, Barbosa… se debe también a esa columna de jugadores grandes. En la mía están Pellejero, Correa, Willy Martínez, Richard Porta (que a pesar de que no ha tenido suerte con las lesiones pesa mucho en el grupo), Boghossian, Baltasar Silva, que también es importantísimo para los pibes… Yo cuando llamo a los jugadores de trayectoria les digo: Esto es así y así, y el vestuario es de ustedes. Si yo veo que ese vestuario no está cuidado por ustedes, se van. Así me lo enseñaron cuando yo era jugador. Es parte de la responsabilidad: con 35 años yo me sentía mucho más responsable que con 25."

Su cercanía a Nacional, producto de su pasado, no impide que hoy mire a dicho club como a un rival más. "Nacional comenzó muy bien, me gustó la propuesta. Después hubo un par de lesiones, sobre todo la de Romero —que es un jugador muy importante para el equipo— y ahí entró en un círculo vicioso de no encontrar su juego. Munúa es un tipo con las cosas claras y creo que va a encontrar el camino", comenta Acevedo, que no oculta que le hubiera gustado ir al último partido en el Parque Central, pero dadas las circunstacias (es un rival directo) apostó por no acudir.

"No fui porque creo que todos tenemos que ubicarnos, y más en un país tan chico donde se habla de todo. Podía ir, porque juega mi sobrino (Matías Cabrera), pero en esas cosas soy respetuoso de los códigos de antes, los que me enseñó el profesor José Ricardo De León, que fue lo máximo que vi", responde con seguridad un Acevedo que, a pesar de que evaluará con la dirigencia las ofertas que puedan llegar, ya planea el Torneo Clausura.

Orgullo. Los dos laterales

Al ser consultado por lo bien que está jugando Lucas Hernández, Acevedo fue categórico: “Queda mal que lo diga yo, pero creo que tengo los dos mejores laterales del fútbol uruguayo. Hernández y Sant’ Anna son completos, tienen para evolucionar y no sé dónde pueden tener su techo”.

Metódico. No se deja ningún aspecto al azar

En cuanto al método de trabajo que aplica en el conjunto albiceleste, Eduardo Acevedo se define como “un entrenador del día a día, de la programación. En las últimas cuatro semanas sabía lo que voy a hacer mañana. Y los jugadores lo saben y les voy planteando lo que tienen que ir haciendo cada semana. Si vos seguís la coordinación, la evolución se tenía que dar. Después está que esto es fútbol y la pelota puede dar en el palo e irse adentro o afuera…”

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Eduardo Acevedo. Foto: Fernando Ponzetto

CerroJORGE ALDEA

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