DESDE EL ARCO
JOSÉ MASTANDREA
Ramos -pase lo que pase de aquí en más con Peñarol- demostró que tiene la personalidad, las agallas y la capacidad para dirigir a un grande. Caminó por la cuerda floja al inicio de temporada y estuvo muy cerca de ser cesado después de haber perdido el clásico de invierno y del 0-3 ante Danubio en la Copa de Campeones. Claro, era otro Peñarol, otro plantel, pero Ramos no se quejó y siguió para adelante. Cuando los dirigentes se dieron cuenta que no se podía pelear el Uruguayo en esas condiciones, hicieron el esfuerzo y le dieron armas. También lo dejaron hacer, y logró hacer un Clausura notable. Peñarol podrá ganar o no el Uruguayo, pero la capacidad de Leo Ramos ya no estará en tela de juicio. Demostró que sabe. Ahora es el turno de los jugadores.