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"Todos mis compañeros me cuidaron un montón"

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Domingo de tarde. El reloj marca la hora 16. Los únicos ruidos en Malvín vienen de una casa, de la de Rodrigo Amaral. El delantero, premiado como jugador revelación del Sudamericano sub 20, regresó a su hogar luego de más de un mes de concentración con la Celeste y se encuentra rodeado de su familia. Es el ídolo. Lo miran y disfrutan de su regreso. Allí recibió a Ovación y habló sobre el torneo que realizó la selección, su relación con el plantel como el más chico de todos (tiene 17 años) y confirmó que su deseo es seguir jugando en Nacional: “Quiero lo mejor para mi familia que, en este caso, es quedarme en el club”.

-¿Está satisfecho con lo que hizo la selección?

-Sí. Quedé muy contento. Estar en una sub 20 con 17 años es un orgullo para mí y mi familia. Se hicieron las cosas bien y por suerte lo pudimos acompañar con la clasificación al Mundial.

-¿Por qué se escapó el título del Sudamericano?

-(Hace una pausa, piensa) Capaz que hubo algo de ansiedad de nuestra parte. No estuvimos atentos en los goles de ellos y eso nos costó caro, pero estamos tranquilos porque se dejó todo en la cancha.

-¿Cómo fue ese vestuario después de la derrota?

-Hubo muchas lagrimas, lógicamente por la derrota y porque estuvimos muy cerca de conseguir el título y la clasificación a los Juegos Olímpicos. Los fui a saludar apenas salí de la Médica Uruguaya. Más allá de la bronca del momento, todos estábamos orgullosos de lo que habíamos hecho.

-Entonces, no vio gran parte del partido. ¿Cómo hizo para seguirlo?

-En el entretiempo me fui al sanatorio a hacerme una placa, entonces lo tuve que escuchar por radio y leía algo por Twitter. No quedaba otra.

-¿Hubo otro partido después de su lesión?

-Por lo que escuché, dicen que sí; porque supuestamente no pudimos tener más la pelota, pero no sé. Ya está...

-¿Cómo fue esa jugada?

-Me tiré a barrer y el brazo me quedó atrás, me provocó una luxación. Seguí, pero no aguanté más el dolor. Por suerte no fue nada grave.

-¿Qué les dijo Coito?

-Nos felicitó por el torneo que hicimos. Nos dijo que habíamos hecho un gran campeonato y que no había nada que reprocharnos.

-¿Algún compañero tomó la palabra también?

-Cuando llegamos al Complejo Celeste, nos calmamos un poco, cenamos todos juntos y nos despedimos. Nahitan (Nández) habló y agradeció, porque dice que vivió el mejor mes de su vida y, la verdad, creo que tiene razón, porque todos sentimos eso.

-Ganó el premio revelación. ¿Qué significa eso para usted?

-Es un orgullo. Estoy muy contento. Le tengo que dar las gracias a mis compañeros y al cuerpo técnico porque me ayudaron a lograr esto.

-¿Cómo fue la relación con sus compañeros siendo el más chico del plantel? ¿Le daban un trato especial?

-Sí, todos mis compañeros me cuidaron un montón y me transmitieron mucha confianza. Además, antes tuve una charla con el entrenador, que me dijo que para él tenía la misma edad que todos. Tenemos un grupo divino. Somos una familia.

-Cuándo me dice que lo cuidaban, ¿cómo lo hacían?

-Por ejemplo, en los partidos salían a defenderme cuando me pegaban.
De hecho, siempre me decían que fuera para adelante con todo, que no tenga miedo, que ellos iban a saltar por mi.

-¿Cómo es la relación en la interna con Pereiro? En la cancha se los ve muy bien.

-Lo conocí en 2011 cuando viajamos a Liverpool y desde ahí, siempre quedamos en contacto. En el Sudamericano la relación creció. Compartimos el cuarto y andábamos todos los días juntos.

-Ustedes eran los únicos futbolistas de Nacional, ¿con quiénes más generó buena relación?

-Con todos, pero pasaba mucho rato en el cuarto con Matías Toma, Facundo Boné y Ramiro Guerra.

-Justamente Guerra era el otro generación 1997. ¿Hablaban algo entre ustedes respecto a ese tema?

-Sí, ayer cuando nos despedíamos entre todos, nos abrazamos y dijimos: ‘Nos vemos en la próxima sub 20’. Ojalá sea así. Sería espectacular.

-¿Cómo comienza su vida posterior al Sudamericano?

-Y... vamos a ver. Recién estoy saliendo, pero ya hay cosas que han cambiado en este mes. La gente me pide fotos, me alientan mucho. En Twitter me escriben muchas cosas lindas. ¡En el celular me llegan tantos mensajes, que ni me da el tiempo para contestarles a todos!

-¿Cómo sigue su vida deportiva?

-Ahora tengo unos días, dos o tres, para recuperarme del hombro. Mañana (hoy) tengo que hablar con la gente de Nacional para ver cuándo me reincorporo.

-En un par de meses se termina su contrato con Nacional. ¿Qué va a hacer? ¿Ya lo decidió?

-Hasta ahora estaba completamente metido en el Sudamericano, pero en estos días voy a tener una reunión con el presidente del club para resolver el tema.

-¿Cuál es su intención, la de su familia y la de sus representantes?

-Quiero que sea lo mejor para mi familia, que en este caso considero que es quedarme en el club. Mi intención es seguir en Nacional.

-Ahora va a entrenar en Primera División, ¿cuáles son sus objetivos en esta nueva etapa?

-Primero alentar a mis compañeros para que puedan avanzar a la fase de grupos de la Libertadores. Obviamente que me gustaría mostrarme, jugar, meterme en la lista de la Copa, pero hay que estar tranquilo. Quiero llegar bien a mayo para jugar el Mundial que es algo que no me lo puedo sacar de la cabeza. Son cosas que capaz que no se dan dos veces en la vida.

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