Hizo cambios a los 36’ y aprovechó para ver funcionamiento.

El lunes, en la última conferencia de prensa en Costa Rica, el técnico Óscar Washington Tabárez había pasado el mensaje para que no quedaran dudas sobre los objetivos que perseguía para el amistoso de anoche: lo importante es ver el funcionamiento, por encima del resultado, expresó.

La etapa de aprendizaje y formación que recorre Uruguay tras la renovación que realizó el DT luego de Brasil 2014, lo llevó a ajustar su manual a las circunstancias. No es tiempo de bonanza, sino de sembrar para el futuro, aunque pase factura al espíritu triunfalista del hincha.
Hasta hace un año, con la generación que promovió un punto de inflexión en la historia, el técnico repetía una y otra vez tres premisas básicas: comportamiento, rendimiento y resultado. Todos habían entendido el rumbo a recorrer. Así, consiguió la histórica marca de 18 partidos sin perder, logró un rendimiento superlativo y un comportamiento que generó el reconocimiento del mundo del fútbol.

Anoche quedó claro que no están los históricos y que los que defienden a la celeste por estos días, sin Suárez ni Cavani, están verdes. Entonces, aunque la sorpresa pudo ser mayúscula, cuando a los 36’ el DT hizo dos cambios -¡sí, Tabárez cambió a dos futbolistas en el primer tiempo, igual que en 2012 ante Bolivia en La Paz!-, en la forma en que el DT manejó el equipo quedaron en evidencia las pruebas para encontrar el funcionamiento.

El partido le permitió estrenar a Naithan Nandez y Michael Santos en la selección mayor, darle más minutos a Brian Lozano, a De Arrascaeta, a Mayada y a Martín Silva en el arco, y seguir probando en busca del funcionamiento ideal cuando queda menos de un mes para que la Celeste empiece a recorrer el largo y sinuoso camino para llegar al Mundial de Rusia 2018.

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