ARGENTINA

Bajó diez kilos y Eduardo Coudet le está dando una chance en Racing.

Bajó diez kilos. Y el cambio de apariencia es sorprendente. Impacta. Las nuevas fotografías parecen pertenecer a otra persona, y ese era el paso que muchos esperaban que Rodrigo Amaral diera, para que no se desapareciera la gran promesa futbolística.

Calidad le sobra. No hay manera de establecer otro análisis que aquel que lleva a asegurar que este es un jugador nacido para ser crack. Su incuestionable calidad fue expuesta de manera contundente en Nacional y en la Selección Sub 20, pero el propio Amaral parecía querer dejarla desvanecerse.

Ahora cambió. Y no solo en la imagen impactante de su transformación física, sino también en el convencimiento pleno que no puede dejar pasar la gran oportunidad de volver a las canchas para recuperar prestigio.

El panorama es diferente. De ser ignorado en Racing por su sobrepeso a trabajar en cancha, en la pretemporada en Orlando, con Eduardo “Chacho” Coudet. A los 21 años Amaral se ganó una nueva oportunidad y dependerá de él todo lo que venga por delante.

El primer éxito lo consiguió. Si aspiraba a poder mostrarse para tener una oportunidad en el primer equipo, su esfuerzo le consiguió la apertura de una puerta grande.

Aunque todavía Coudet no se inclinó por un equipo fijo y está mezclando bastante a los jugadores, como para ir viendo y sacando las mejores conclusiones, las primeras pruebas con un 4-1-3-2 le dio un lugarcito a Amaral. Y bien junto con el cinco titular que es Nery Domínguez.

Ese avance no es poca cosa, sobre todo porque la función por detrás de los dos puntas, y colocado en el centro de la cancha, le puede posibilitar a Amaral moverse con amplitud y tener espacio para sacar su potente remate. Es un inicio fuerte. Grande. Un comienzo a la nueva vida futbolística, la que parecía caerse a pique porque no podía ponerle fin a su sobrepeso.