Con una goleada a favor 4-0 evidentemente todo reluce mucho más, por una cuestión lógica de que el tanteador refleja a las claras la superioridad de un equipo ante su rival; fue lo que pasó ayer de tardecita entre Nacional y Defensor Sporting y en eso tuvo mucho que ver el técnico Gustavo Munúa.

En primer lugar porque con el ingreso de Jorge Fucile -que la semana pasada contra El Tanque Sisley no jugó por una dolencia en el abductor- pasó a la media cancha a Santiago Romero, el lugar donde el “Colo” más ha rendido en esta temporada. Con ese cambio salió del equipo el experimentado Sebastián Eguren.

Por otro lado, en una variante que involucró un cambio en el sistema táctico, el entrenador albo sorprendió en la semana trabajando con Mathías Abero como titular, sacando del equipo al argentino Alejandro Barbaro. Esa variante la confirmó ayer en el Gran Parque Central y vaya si le dio resultado al DT.

Es que el exjugador del Bologna jugó un partido interesante como volante por la izquierda, siendo la compañía de Gonzalo Porras y Santiago Romero en la mitad de la cancha en el 4-3-1-2 que propuso el entrenador albo.

Como el mismo jugador lo confirmó tras el partido, entró para darle una mayor consistencia al mediocampo pensando en la solidez defensiva. Y fue importante porque contribuyó a dejar el arco en cero por segunda vez en lo que va del Torneo Apertura. La primera y única hasta ayer había sido en la cuarta jornada, cuando Nacional derrotó en los descuentos a Plaza Colonia con gol de penal de Alonso.

La posición en la que jugó Rodrigo Amaral también fue un acierto de Munúa, ya que desplegándose como enganche, por detrás de Fernández y Alonso, fue el generador de fútbol que Nacional precisa. De hecho, estuvo involucrado en la mayoría de las jugadas de gol, más allá de que no anotó.

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