Pasó Venezuela. Fue derrota, dura, de esas que dejan una marca, pero ya no cabe lamentarse. Ahora hay que mirar hacia adelante.

Queda un partido, pero seguramente Tabárez lo utilizará para darle minutos a quienes no los tuvieron y jugaron poco para que luego se vayan todos de vacaciones. 

Lo que viene es la meta principal: las Eliminatorias. Y no es excusa ni pretexto. Ese fue siempre el gran objetivo, y hasta el propio entrenador lo dijo antes, durante, y después de esta participación de Uruguay en la Copa América Centenario. Esa es la mira, se le apunta a septiembre, ya con Luis Suárez repuesto seguramente y con todo el plantel descansado y en ritmo de juego.

Hoy, analizando lo que ocurrió, da la sensación de que el maestro se veía venir esto y por eso le bajó un poco el perfil a este torneo, sin desconocerlo, claro. Pero nadie mejor que él sabía del desgaste físico y mental que traían sus futbolistas después de extensas y exigentes campañas en el fútbol europeo.

Defender el primer lugar de las Eliminatorias con la mira puesta en Argentina primero y luego en casa ante Paraguay, es el gran objetivo.

Está claro que para lograrlo Uruguay deberá cambiar la cara mostrada en esta Copa América Centenario, en la que como en la del año pasado, carece de gol. Y ese, no es un tema menor.

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