Recuerdo, como si fuera hoy, la definición que me dio el profesor José Herrera sobre la condición física de Luis Suárez: “Es un toro”.
En ese momento, habia sido operado de los meniscos y era la gran duda de Uruguay de cara a su participación en el Mundial 2014 de Brasil.
Su recuperación fue asombrosa, casi milagrosa, pero logró lo que nadie imaginó: jugó ante Inglaterra en la segunda fecha del grupo.
“Luis es increíble”, me dijo días atrás Celso Otero, quizás intuyendo otra recuperación fantástica. El viernes se supo que viajará a Montevideo, y que seguirá con su recuperación aquí.
¿Se puede esperar otro milagro? Habrá que ver, habrá que ser cautos, mesurados, y conocer su evolución.
Yo ya me entusiasmo, me ilusiono. No sé si a Sampaoli le pasa igual.
DESDE EL ARCOJOSÉ MASTANDREA