El Barcelona se mide al Guangzohu, que es chino pero medio brasileño; Luis Enrique podría castigar a Neymar.

Barcelona debutará en el Mundial de Clubes en la próxima madrugada (07:30 de Uruguay) enfrentándose al campeón de Asia, el Guangzhou Evergrande de China. El ganador de este duelo tendrá un lugar reservado en la gran final del próximo domingo.

El rival de los culés llega a la cita como campeón de Asia y ya dio la sorpresa en su estreno, eliminando al América de México 2-1 en los cuartos de final y accediendo así a las semifinales. Saben que sus posibilidades son mínimas ante el Barça pero eso no les impide soñar. "La victoria no es imposible", dijo a la prensa Luiz Felipe Scolari.

El brasileño, que fue campeón del mundo dirigiendo a la canarinha en 2002, no es la única cara conocida que tiene el conjunto chino. De hecho son seis los norteños, además del DT, que militan en el Guangzhou: dos bastante conocidos como Robinho (ex de Real Madrid, Milan y Manchester City entre otros) y Paulinho (campeón del mundo en Corea y Japón).

A ambos les acompañan otros brasileños de perfil algo más bajo como Alan, Ricardo Goulart, Elkeson y Ren Júnior y entre todos le dan una gran impronta sudamericana a un Guangzhou que se aferra a ella para mantener vivo su sueño.

Más allá de esa ilusión con la que llega el rival culé y de los últimos tres empates al hilo que arrastra el Barça, la realidad indica que el equipo chino no sólo tiene difícil ganar: si logra poner en dificultades a los de Luis Enrique ya será todo un acontecimiento.

Y es que para lo que el Guangzhou es casi una utopía, para el Barcelona es casi una obligación: busca hacerse con un nuevo título intercontinental y cerrar con un broche dorado un año 2015 en el que ya logró el triplete (Liga, Champions, Copa del Rey) más la Supercopa de Europa.

El técnico culé, Luis Enrique, se tomó muchas molestias en las horas previas para esconder de la prensa los últimos entrenamientos antes del partido, cubriendo con una lona gigante el recinto donde están ensayando.

Sin embargo no se espera que el DT realice demasiados experimentos con la alineación. Si acaso, para esta semifinal podría dejar en el banco a algún habitual titular que puntualmente necesite un descanso pensando en el domingo. El que ya se sabe que será una baja segura es Neymar Júnior, cuyo padre y portavoz ya dijo tener esperanzas de que pueda llegar a jugar unos minutos en la final. Sin embargo puede que, aunque físicamente tenga el alta médica, se quede de todas formas sin participar como parte de un castigo de su propio entrenador.

El brasileño se lesionó en la última práctica previa al reciente duelo de Champions ante el Leverkusen y fue durante el calentamiento, mientras se divertía con la pelota y jugando con Luis Suárez, como es habitual verles haciendo tantas otras veces. El caso es que a Luis Enrique, un obseso de la preparación física, le sentó fatal ver que uno de sus cracks no se tomara en serio el calentamiento y se lesionara mientras bromeaba.

Por eso, según el portal Don Balón, Luis Enrique ya tendría pensado castigar a Neymar dejándole sin jugar a pesar de que tenga el alta médica, aunque de cara a la galería siempre mantendrá que no se recuperó a tiempo y que regresará a tope tras el parón navideño.

Pero eso se sabrá el domingo, día de la final. Antes, Luis Suárez, Messi y el resto de los culés deben cumplir con el trámite ante el Guangzhou.

Carlos Sánchez ya dijo que tras el Mundial de Clubes dejaría River Plate para jugar en el Monterrey, que le hizo una oferta irrechazable en lo económico. De hecho, hace ya un mes que el club mexicano confirmó en su página web la incorporación del "Pato". Sin embargo, el Deportivo de La Coruña va a intentar hacerle cambiar de rumbo, ofreciéndole una chance única de estrenarse en el fútbol europeo a sus 31 años. ¿Logrará seducir esta oferta a Sánchez?

FÚTBOL INTERNACIONALJORGE ALDEA