No debe ser fácil ser dirigente. Hay que destinarle horas y más horas al club sin ver un peso, en forma honoraria, buscando recursos día a día para poder asumir los gastos y afrontar sueldos de futbolistas y funcionarios.
JOSÉ MASTANDREA
Pero, de todas formas, es mucho más fácil que hace cuarenta o treinta años, donde no había sponsors, patrocinantes ni dinero por la televisación de partidos. Antes era todo a pulmón. Había que tener mucho ingenio, mucho apoyo, y también había que poner dinero del bolsillo para afrontar gastos. Y ejemplos puedo dar miles. Dirigentes que hipotecaron sus casas, que terminaron fundidos por el club de sus amores, y hoy pocos los recuerdan.
Los dirigentes de hoy tienen que aggiornarse. Ya los clubes no pueden manejarse como clubes de barrio, como clubes de bochas. Tienen que ser empresas, o al menos manejarse de esa manera, con gerentes de áreas y con directivos que pongan y no saquen.
Es una lástima que clubes con historia ya no compitan. Pero así son las reglas de juego. Y cada año que pasa, va a haber una depuración natural, casi lógica. Como debe ser.
Desde el Arco