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Sólido: Nacional fue más equipo en la final

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Sebastián Fernández tras la victoria clásica ante Peñarol. Foto: Marcelo Bonjour.
MARCELO BONJOUR

TORNEO CLAUSURA

Firme en el fondo, con buen manejo en el medio y con una actitud fuerte fueron algunos de los detalles que llevaron a que los tricolores logren el título.

Nacional dio la talla. Jugó el clásico con la energía y la actitud necesaria como para ser el responsable de su destino. Y lo logró. Consiguió lo que buscó.

El tricolor marcó el terreno con la experiencia de sus futbolistas, tomó las riendas del partido, se acopló con certezas en las líneas y exhibió una gran diferencia con Peñarol en todos los aspectos del juego. Es cierto que todo se resolvió en seis minutos decisivos, pero mucho antes en el horizonte no se podía vislumbrar otro desenlace que el que terminó provocándose, porque había en el campo de juego un elenco más veloz, con mayor resistencia física, más activo y más ganador en los duelos individuales.

1

Fuerza de ataque

Las estadísticas del partido dejan en evidencia que el equipo tricolor estuvo más incisivo que el aurinegro. Fue notorio que, sin necesidad de repasar los números, buscó con mayor determinación vulnerar el arco rival. De hecho, ya en la primera mitad debió ponerse en ventaja. Alguna mala definición, algún otro tiro que pasó muy cerca y el buen desempeño de Thiago Cardozo evitaron que la apertura del marcador se registrara en esa etapa.

2

Movilidad en el medio

Los desplazamientos de Felipe Carballo, los ingresos y salidas de las líneas defensivas de Matías Zunino, las diagonales de Gonzalo Castro apuntaba buenas notas para el trabajo tricolor, mientras que Peñarol no lograba hacerse fuerte.

3

Una zaga firme

Después de dos buenas llegadas de Peñarol por derecha, se terminó el riesgo para el fondo tricolor. La seguridad comenzó con el buen trabajo de Rafael García, pero se potenció en una zaga que estuvo muy atenta y fue sumamente efectiva en el mano a mano.

4

Desdoble

Aún con el fallo en varios de los envíos aéreos que se hicieron desde los pasillos exteriores, el tricolor tuvo más profundidad en su juego. Viña y Méndez varias veces fueron hasta el fondo lo que le aseguraba al tricolor llegar con varios hombres en ataque.

5

Actitud

El gol de Gonzalo Castro fue un golpe muy duro para Peñarol, pero antes de ello había como mayor convicción del lado de Nacional. Quizás las bajas aurinegros jugaron un papel tan importante en lo futbolístico como en lo anímico.

6

Juego aéreo

El dominio tricolor también se confirmó en el juego de la azotea. Por arriba Nacional no acusó problemas defensivos y terminó venciendo en el área de Peñarol y en el gol de Corujo nada menos que ante Fabricio Formiliano.

7

Velocidad física y mental

Nacional cambió con acierto el ritmo para las transiciones y también se asoció más rápido para armar las jugadas ofensivas.

duplas

El éxito de las apuestas de Gutiérrez

Mathías Laborda y Guzmán Corujo: Un punto fuerte de Nacional estuvo en la zaga. Muy atentos y certeros para realizar los anticipos. El despegue de reacción fue fundamental para evitar que alguna pelota generara problemas. Por arriba ganaron mucho y minimizaron a los rivales.

Rafael García y Felipe Carballo:
Rafael García disputó un muy buen clásico. Muy seguro en el mano a mano y siempre bien ubicado para despejar el peligro cuando sus compañeros eran superados. La movilidad de Felipe Carballo contribuyó para que Nacional dominara el medio.

Matías Zunino y Gonzalo Castro: Gonzalo Castro, además de abrir el marcador, fue el jugador de Nacional que se mostró más peligroso a la hora de buscar el arco. Matías Zunino, en tanto, le armó un lío bárbaro a las líneas defensivas de Peñarol con sus filtraciones y habilitaciones. Movedizo y preciso.

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