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La soledad de Facundo Torres la paga todo Peñarol

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Facundo Torres en el juego entre Cerro Largo y Peñarol. Foto: Fernando Ponzetto.
FERNANDO PONZETTO

TORNEO CLAUSURA

El joven atacante aurinegro no tiene compañía y si no encuentra un socio urgente, difícilmente pueda gravitar más.

No se esconde. La pide. Grita. Abre los brazos. Le dan la pelota. Mira para adelante y no hay nadie que lo acompañe. Facundo Torres con apenas 20 años es el líder futbolístico de un Peñarol que sigue sin encontrar el rumbo y que de a poco le va diciendo adiós a la chance de pelear por el Campeonato Uruguayo.

Una vez más, el “Cuervo” fue el mejor exponente del equipo de Mauricio Larriera, pero una vez más estuvo solo durante la mayor parte del empate 1-1 frente a Cerro Largo anoche en el Estadio Arquitecto Antonio Ubilla de Melo.

Parece increíble que al mejor no lo puedan rodear de la mejor manera y más cuando cada vez que encuentra esos socios en cuentagotas como Joaquín Piquerez o Agustín Álvarez Martínez, estos no intenten seguir generando juego asociado con el 10.

En un partido en el que nada influyó el estado del campo de juego, que dicho sea de paso respondió notable tras las intensas lluvias en la capital de Cerro Largo, se imponía un recurso muy poco utilizado en el fútbol uruguayo ya sea con sol y 25 grados o con lluvia y humedad como el remate de media distancia.

Facundo Torres insinuó en alguna jugada encarar hacia el área con el objetivo de buscar un remate que pudiera complicar a Washington Aguerre ya que comenzó el partido jugando en el vértice del rombo que Peñarol mostró en la mitad de la cancha, bien por detrás del “Canario” Álvarez Martínez y de un Matías Britos luchador, combativo y de mucha entrega, pero que cada vez gravita menos en el área rival.

Pero los volantes y defensores arachanes se replegaban tan bien que no le dejaban espacios al 10 carbonero para lograr esa acción ofensiva.

Facundo Torres se volcó a las bandas y ahí fue donde empezó a gravitar un poco más. A los 15’ se juntó con Piquerez por izquierda y luego de pisar el área gestó el gol del equipo carbonero convertido por Álvarez Martínez.

Después de esa jugada, si bien Cerro Largo mantuvo el orden defensivo, Peñarol no ofreció variantes en ataque. A Torres no lo buscaban más allá de que a gritos pide siempre la pelota para tratar de hilvanar juego ofensivo.

Anoche en Melo, el “Cuervo” otra vez estuvo solo. Solo pudo asociarse una vez y fue tan gravitante que esa jugada terminó en gol.

Mauricio Larriera tiene un trabajo extra pero vital: encontrar más socios para Facundo Torres porque la soledad del 10 la está pagando muy caro todo Peñarol. Y no es novedad.

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