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La sociedad del fútbol

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Foto: Francisco Flores.

PEÑAROL

Agustín Canobbio y el “Cebolla” Rodríguez se entienden cada vez mejor: ayer fueron determinantes.

Pocos jugadores, y más aún con su juventud, se adaptan tan rápido a un equipo grande. Agustín Canobbio desembarcó este año en Los Aromos y la camiseta de Peñarol parece quedarla pintada. Está dulce, con confianza. Le salen prácticamente todas y por eso ya cuenta con el apoyo de los hinchas.

Agarra la pelota y encara sin ningún temor. Por izquierda o por derecha, le da ese vértigo que siempre tuvieron los equipos de Leonardo Ramos.

Ayer volvió a ser totalmente determinante. Participó en los dos goles de Cristian Rodríguez y le cometieron un evidente penal que el árbitro no sancionó.

Claro, gran parte de su rendimiento se debe también a la buena sociedad que viene conformando con el “Cebolla”. El lacacino regresó tras dos partidos y volvió a dejar en claro lo importante que es para este Peñarol. No solo por los goles, sino porque con él los demás elevan considerablemente sus rendimientos. Los laterales llegan más veces y los volantes por afuera pueden buscar otras opciones al margen de hacer las bandas: filtrarse entre los zagueros o buscar una pared.

Llevan apenas un puñado de encuentros juntos, pero ya dieron claras muestras de que se entienden muy bien. Desde los partidos contra Nacional a principio de año quedó esa sensación. Cada vez que el “Cebolla” toma la pelota, él busca el espacio. Si bien el capitán muchas veces puede ser impredecible para los rivales, Canobbio siempre parece conocer la intención que va a tener su compañero. Y ahí es donde saca ventaja, porque ya le gana un segundo al resto.

Sobre todo cuando Canobbio se mueve por izquierda, donde más resultados le viene dando a Peñarol. Y tiene lógica, porque con el “Cebolla” aún yendo de doble cinco, siempre tiene una tendencia natural a buscar su perfil.

¿Cosas para mejorar? Sí, claro. Canobbio muchas veces se pasa de generoso y busca poco el arco para todas las veces que pisa el área rival. Aparte, ya en Fénix y la selección uruguaya sub 20 demostró que es un futbolista con una muy buena pegada.

Son la sociedad del fútbol que tiene este Peñarol. En un partido como el de ayer, donde los delanteros no tuvieron tanta participación pero aun así el aurinegro generó ocho situaciones de gol claras, se transformaron en los atacantes más peligrosos del equipo. Cuando está el “Cebolla” todos juegan mejor. Eso es una realidad, pero Agustín Canobbio está demostrando también que cada vez es más jugador.

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