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Sobreviviente

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Ihturralde y Affonso quieren lo mismo: la pelota. Foto: M. Bonjour

Con gol de Maximiliano Rodríguez, Peñarol venció 1-0 a Racing y logró sumar tres puntos luego de cinco partidos sin poder hacerlo.

Peñarol respondió a uno de los cantos más gráficos y elocuentes sobre el momento que viven los aurinegros que partió desde la Ámsterdam: “Que esta noche cueste lo que cuesteeee, ¡esta noche tenemos que ganaaar!”

En ese sentido, y en medio de la oscuridad del largo túnel de cinco partidos sin lograr un triunfo por el que llegó para jugar con Racing, la situación de Peñarol era clara: tenía que ganar, y era ayer; si no, no había mañana; porque sin un resultado así puede que igual siguiera prendido en el Torneo Clausura por el discreto nivel del fútbol local, pero habría sido difícil que si la mala racha se hubiese prolongado, hasta la propia hinchada lo tolerase.

En ese escenario, entonces, lo que hizo -y sobre todo cómo lo hizo- Peñarol al ganar por 1 a 0, bien, incluso pudiendo haber aumentado la diferencia al final, en una jugada en la que se vio cuánto le cuesta meterla en los arcos rivales y donde Forlán tocó una pelota que fue devuelta por el travesaño, pero con el “detalle” de que, pese a alguna caída de tensión de las que ya le son habituales, Guruceaga fue gravitante en el resultado al hacer algunas atajadas providenciales, Peñarol zafó; salió del paso.
Es que, de acuerdo al trámite, no se puede afirmar que Peñarol revivió, sino sólo que sobrevivió, que es diferente; porque de nuevo el rival le manejó la pelota por muchos lapsos y a Peñarol, aunque jugó con Nández y Freitas en la contención del mediocampo, si no le costó, le llevó tiempo recuperarla, y la falta de profundidad ofensiva de Racing lo puso fuera de mayores riesgos, aunque en el primer tiempo la zaga central aurinegra tuvo desencuentros que ante otro tipo de adversarios pudieron ser fatales, como lo prueba que para el segundo Da Silva pasó a Olivera de zaguero y Rodales entró por Buschiazzo para a ocupar el costado izquierdo de la retaguardia.

Si acaso, lo que es posible afirmar sí, es que en la búsqueda del gol, Peñarol emitió algunas señales positivas: sin gran volumen de juego ni prolijo funcionamiento atacante, al menos logró que, cada uno en lo suyo y según sus características individuales, agarraran la bandera los que tenían que agarrarla: Aguirregaray con su empuje, aún entreverado; “Maxi” Rodríguez tratando de armar llegadas; y sobre todo Forlán, buscando por todos lados y rematando desde todos las posiciones del ataque.

Con eso, entonces, que no fue mucho pero bastó para el momento que atraviesa, Peñarol volvió a ganar luego de cinco partidos, incluso con alguna otra señal, de grandeza en este caso, como la que tuvo Da Silva cuando al final sacó a “Maxi” Rodríguez y puso a Valverde en vez de un volante de marca cuando Racing seguía amenazando con el empate.
Así, en suma, respondió al canto de la Ámsterdam y zafó. Sobrevivió; aunque siga con el pulso bajo.

RACING 0-1 PEÑAROL

Estadio: Centenario.

Árbitro: Jonathan Fuentes. Asistentes: Carlos Pastorino y Eduardo Aguirre. Cuarto árbitro: Federico Lovesio.

Racing: J. Contreras, F. Romero, I. Ithurralde, J. Aja, F. Bonifazzi, P. Caballero (76' L. Quiñones), J. Méndez, M. Estol (66' L. Otormín), L. Ezquerra, J. Rodríguez y G. Fernández (86' R. López). DT: S. Taramasco.

Peñarol: G. Guruceaga, M. Aguirregaray, F. Buschiazzo (46' A. Rodales), E. Mac Eachen, M. Olivera, R. Viega (46' D. Ifrán), N. Nández, N. Freitas, M. Rodríguez (88' F. Valverde), D. Forlán y M. Affonso. DT: J. Da Silva.

Gol: 46' M. Rodríguez (P)

Amarilla: Méndez (R). Buschiazzo, M. Rodríguez y Affonso (P)

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Ihturralde y Affonso quieren lo mismo: la pelota. Foto: M. Bonjour

TORNEO CLAUSURAJORGE SAVIA

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