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En silencio y con mucha tranquilidad

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Foto: José Mastandrea.

Recife, una ciudad que emana tranquilidad, espera casi que en silencio el partido que este viernes Brasil y Uruguay jugarán a partir de la hora 21:45 por la quinta fecha de las Eliminatorias.

El Courtyard Marriott Recife está ubicado en pleno Boa Viagem, un barrio alejado del centro, pero dentro de una zona comercial pequeña, con negocios de todo tipo, y con muchos vendedores ambulantes de comidas rápidas ubicados en cada esquina. Hot dogs, hamburguesas, jugos, bebidas, lo que sea bajo un techito de lona y música, siempre música.

El trajín diario ni se siente. El hotel de Uruguay está asentado en la Av. Domingos Ferreira, una vía ancha, de cuatro carriles, pero las habitaciones dan hacia el otro costado, de frente a una calle lateral que sólo es utilizada por los proveedores del hotel.

Hay tranquilidad y silencio, ideal para alojar a una delegación deportiva. Y nadie de los que hoy habita el hotel imagina que aquí se va a alojar la selección uruguaya. Hay silencio “stampa”, ni siquiera la recepcionista estaba autorizada a decir si venía la Celeste, cuándo y a qué hora. “No sé nada señor”, respondió con una leve sonrisa, acompasando una “mentira blanca”.

Recife todavía no vive el partido. No está metido en la piel de los lugareños, dicen que recién “a cuarta-feira” (el miércoles) se comenzará a palpitar el clásico. Es que ese día llega Uruguay, ahí si, la ciudad tendrá otro color, el de las Eliminatorias, y aunque más no sea por 48 o 72 horas, se dejará de hablar del Sport Recife y del Náutico. Bahhh… eso creo.

Foto: José Mastandrea.
Foto: José Mastandrea.
Foto: José Mastandrea.
Foto: José Mastandrea.
Foto: José Mastandrea.
Foto: José Mastandrea.
Foto: José Mastandrea.
Foto: José Mastandrea.

EliminatoriasJOSÉ MASTANDREA, ENVIADO

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