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"Por ahora sigo vigente, no me siento retirado"

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Egidio Arévalo Ríos empezando a vivir su vida en Buenos Aires. Foto: La Nación/GDA
Piñon, Edward

Egidio Arévalo Ríos no cree que tenga que demostrarle algo a alguien y sabe que tiene que tener la mayor continuidad posible para seguir siendo convocado para la selección uruguaya. "Sigo en las listas y la clasificación la tenemos al alcance de la mano"

Tras casi siete años de exilio futbolero por Brasil, Italia, Estados Unidos y México,Egidio Arévalo Ríos regresó al Río de La Plata. Por primera vez, le tocará jugar en un club de este lado de la orilla. "Salvo por el frío, todo impecable", describe el uruguayo su adaptación a Puerto Madero, donde eligió vivir para tener el Buquebús y su patria bien a mano.

El volante de 35 años es una de las caras nuevas de la pretemporada de un Racing que busca cambiar de piel para seguir creciendo. Para él, esta temporada que comienza tiene un horizonte aún más ambicioso: el Mundial de Rusia 2018. "Por ahora sigo vigente, no siento que le tenga que mostrar nada a nadie. No me siento retirado ni nada por el estilo. Voy a seguir haciendo lo que hice en todos los clubes, sigo en las listas de la selección y la clasificación la tenemos al alcance de la mano. Tengo que tener la mayor continuidad posible para ser convocado y estar a la orden", se presenta el Cacha.

-¿Por qué Argentina?

-Quizá porque tuve oportunidades de venir antes pero nunca se había concretado. Me llamó Mauro (Gerk, ayudante de Cocca) y Diego para contarme de la posible llegada y yo me entusiasmé. Como era jugador libre lo cerramos rápidamente. Venir a una liga así, a este fútbol tan dinámico era una gran oportunidad a esta altura de mi carrera. No lo dudé. Elegí el equipo correcto.

-Es el 15º club de tu carrera. ¿Qué pensaste cuando te dijeron Racing?

-Tengo gente amiga que jugó por aquí, incluso Mauro, que fuimos compañeros en México y también me alentó un poco a que viniera. Uno sabía que Racing en los últimos años compitió internacionalmente y dejó una buena imagen. Sabemos que está esa base y ahora tenemos que levantar esa vara, tratar de ir de ahí para arriba. Hay que disputar cada competencia hasta el final y tratar de conseguir títulos.

-Ya llevás tres semanas en el club. ¿Qué te sorprendió?

-Me tocó ver el partido de ida de la Sudamericana contra el DIM en el palco. El empuje de la gente es impresionante, la forma de apoyar, no paran de alentar al equipo. Eso es una motivación extra para el que está adentro de la cancha. Supongo que lo voy a disfrutar cuando me toque.

La llegada de Arévalo Ríos, un futbolista con dos mundiales y tres Copas América sobre sus hombros, coincide con la salida del vestuario de la Academia de varios nombres con peso e historia en la mitad celeste y blanca de Avellaneda: Luciano Aued, Ezequiel Videla, Francisco Cerro, Agustín Orion y Gustavo Bou, entre otros. Por experiencia y condiciones naturales, el Cacha tomará ese mando: él mismo reconoce que siempre le gustó ir a charlar por los premios con los dirigentes y saber qué piensan sus compañeros. Esta semana subió a sus redes sociales una foto suya con su mate, en una típica ronda de vestuario donde él aparecía en el centro.

"Uno es tranquilo pero trata de conocer a los muchachos en el día a día. El mate -explica Arévalo, nacido en Paysandú- es una forma de conocernos en un vestuario. Si ya hicimos el trabajo de exigencia, con este frío da para tomarse un relax y compartir unos mates y unas bromas. Eso le hace bien el plantel. Acá tenemos grandes jugadores y hay que respetarlos. Licha, Pillud, Lea (Grimi), el Chino (Vittor) son jugadores de mucha experiencia y uno tiene que acompañar".

-Los goleadores cuando llegan como refuerzos suelen prometer una cantidad de goles. ¿Vos qué prometés?

-Noo, yo goles no, soy de hacer pocos. La entrega, las ganas y la actitud nunca van a faltar. El ir firme a cada pelota, el estar ordenado, el hablar constantemente tampoco. Eso lo hago en cada partido y en cada entrenamiento en cada club en el que estoy. Me comentaron que eso al hincha de Racing le gusta, esperemos que se arme una linda relación.

-¿Esa es la garra charrúa? ¿Es algo que se inculca desde chico en los futbolistas o es algo personal?

-Lo agarrás desde chico. En mi caso, eso ya lo tengo hasta en la vida prácticamente. Llevo 19 años de carrera y no lo voy a cambiar ahora en la etapa final. Trataré de repetir lo que hice en todos los clubes y en la selección. Mis primeros partidos fueron en Paysandú, en el barrio con los amigos. Uno compartía más el fútbol que el estudio. Ahí uno trataba de divertirse y ahora también. Al fútbol lo disfruto de una manera muy especial, pero también lo sabemos hacer con seriedad. De chiquito jugaba en otra posición, más arriba, pero a medida que vas creciendo probás distintos puestos. Cuando probé de contención, ya no me moví más.

-Ya has vivido muchas cosas lindas en el fútbol pero igual se te ve enchufado, con ganas de más. ¿Cómo se hace a esta altura para renovar las energías en cada pretemporada?

-Eso es bueno. Uno siempre tiene el hambre y la ansiedad de ganar cosas importantes, más allá de lo que le haya tocado vivir. Yo me preparo de la mejor manera. Y creo que lo estoy demostrando desde que llegue aquí. Uno quiere quedar en la historia de cada club que pasa. Acá hay un grupo espectacular, una mezcla de jugadores jóvenes y grandes y eso es importante en el armado de un grupo. En esos partidos que se pueden complicar, los jugadores grandes pueden marcar el camino para sacarlo adelante.

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Egidio Arévalo Ríos empezando a vivir su vida en Buenos Aires. Foto: La Nación/GDA

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