DE VOLEA
Si me leyó alguna vez sabe que el concepto lo he repetido bastante: siempre el mejor es el que no juega. Sin embargo, hay algunos casos que generan al menos preguntarse qué pasa con ellos.
Ya no le voy a hablar de Rodrigo Amaral en Nacional, porque aparentemente va a jugar (con toda lógica) esta tarde ante River Plate en el Saroldi, pero sí me voy a referir a otros dos futbolistas que muy pocos entienden cómo no tienen más participación o consideración por parte de los técnicos de los grandes. Empecemos por Nacional, como para seguir el hilo: Pablo García.
Aquel futbolista rápido, movedizo y encarador que se metió al área de Peñarol y le cometieron penal (no cobrado) en el clásico del 0-0 por el Clausura, hoy no es tenido en cuenta por Gustavo Munúa. ¿Qué pasó con él? ¿No tiene lugar al menos en el banco? Duda uno, planteada.
Vamos a la dos y es en la vereda de enfrente. ¿Por qué Luis Acevedo se cansa de hacer goles en amistosos y en partidos oficiales y tiene tan poca chance en Peñarol? Es cierto que cuando tuvo la oportunidad de ser titular no la aprovechó, pero tampoco se lo esperó demasiado. La respuesta la tiene Diego Forlán.