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Desde siempre y por siempre

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Foto: Archivo El País

CLÁSICO

Los clásicos del mundo que van mucho más allá de la simple rivalidad.

El fútbol está repleto de rivalidades: de barrio, de pueblo, de ciudad, de país, internacionales. Pero solo unos pocos partidos trascienden más allá de los antagonistas e involucran a la comarca entera: son los que llegan a apasionar hasta a los ajenos cuando están frente a frente en una cancha.

Este sábado y el próximo le tocará a Boca-River medirse en dos partidos sin antecedentes y seguramente sin revancha. Si alguna vez fueron dos pequeños clubes surgidos del barrio porteño de La Boca que se enfrentaron en un campito amateur, ahora definirán la Copa Libertadores de América, haciendo cruda verdad el tan repetido eslogan de “a todo o nada”.

Barcelona-Real Madrid es el clásico español por definición y replica con figuras de altísimo nivel la antinomia de siglos entre el centralismo madrileño y la búsqueda de autonomía de los catalanes.

Alguna vez limitado a la Liga Española, hoy culés y merengues compiten en lo doméstico y en lo internacional, en lo futbolístico y el marketing y sobre todo en el mercado de pases.

Manchester United y Liverpool representa el duelo de los equipos con más blasones en Inglaterra. Y más allá de las ciudades de origen, captan hinchas en todo el mundo.

Más al norte, en Escocia, The Old Firm, el clásico de la ciudad de Glasgow entre Celtic y Rangers tuvo siempre escaso alcance internacional, pero en la vida cotidiana de los escoceses representa una fecha ineludible. Las cuestiones futbolísticas se mezclan con las religiosas y políticas: Celtic es el club de los católicos y los inmigrantes irlandeses y Rangers el de los protestantes y fieles a la corona británica.

En Italia, Internazionale tiene su clásico en Milán frente al Milan y para Juventus su rival de Turín en el Torino. Pero Juve-Inter es il Derby d’Italia, suntuoso desafío entre dos clubes que supieron dominar los campeonatos locales y las copas europeas.

Y entre los grandes clásicos figura, por supuesto, el que divide a los uruguayos en dos mitades. “Irreconciliables enemigos de todas las épocas”, como los presentó un diario montevideano hace más de un siglo, Peñarol y Nacional compiten en todos los ámbitos, en el presente y en el pasado, en el fútbol y seguramente en un futuro también en el básquet. Y si bien la realidad del fútbol uruguayo les ha quitado relevancia internacional, la ampliación de la Libertadores de uno a dos clubes por país en la década de 1960 tuvo entre sus razones principales la realización del clásico a nivel continental.

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