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San Lorenzo ganó y es escolta

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Foto: La Nación / GDA

El elenco de Diego Aguirre fue el único que aprovechó, de los que venían abajo de Boca, y se ubicó a tres puntos del conjunto xeneize.

Cuando empezó el partido con Belgrano, el sábado por la tarde, San Lorenzo todavía tenía espuma en la boca, rabioso por lo que había pasado en Río de Janeiro.

Lo que no tenía, como tampoco tuvo ante Flamengo, era claridad en su funcionamiento -ni siquiera un indicio que hiciera sospechar- en el amanecer del enfrentamiento, que además de bronca y malestar, el equipo de Diego Aguirre contaba con argumentos como para ganar y acercarse a Boca.

En ese contexto, donde nada parecía fácil, hubo un imprevisto que, en su efecto sorpresa, le permitió al Ciclón renovar su estado de ánimo: el chileno Paulo Díaz, diestro parado sobre el lateral izquierdo de la defensa, mirado con desdén por muchos de los hinchas, tenía la solución para semejante problema. El triunfo 2 a 1 fue construido, en buena medida, por sus contadas pero decisivas intervenciones.

Dos días después de que el TAS fallara a favor de Colo Colo en una demanda que le había hecho el conjunto trasandino a San Lorenzo por una deuda en el traspaso del propio Díaz, el defensor, rueda de auxilio para Aguirre, fue un faro singular.

Mientras que Néstor Ortigoza y Bautista Merlini -el mejor del partido- guiaban a sus compañeros desde el juego, Díaz fue quien indicó en los hechos el camino hacia la victoria. Primero a los 23 minutos, cuando, de cabeza, anotó el 1 a 0 que significó la primera descarga oficial del año.

Después a los 38, cuando Esteban Espíndola, de mala actuación, le cometió un claro penal que un minuto más tarde Ortigoza -cuándo no- se encargaría de convertir. El final del primer tiempo fue raro: San Lorenzo, sin hacer demasiado, estaba dos goles arriba.

San Lorenzo, de alguna manera, se hizo práctico y así, con poco, logró escaparse. Una buena ventaja, sí, pero no lo suficientemente amplia como para no entrar en pánico en el segundo tiempo, cuando el Ciclón -como le ocurrió en Brasil-se convirtió en una sombra, en un equipo en manos de su rival. Belgrano, fuera de ritmo en el primer capítulo, descontó rápido en el segundo y se hizo dueño del juego.

Entre los intentos del equipo cordobés, Blandi, a 20 minutos del final, pudo haber matado el partido, pero cabeceó a las manos del arquero, y puso aún más nerviosos a sus compañeros.

San Lorenzo entonces empezó a caminar con ritmo firme al precipicio. Parado de contra pero asustado, se cargó de errores, que tampoco Belgrano pudo aprovechar. Un paso más y el equipo de Aguirre se hubiera caído. A esa altura ya nadie se acordaba de Paulo Díaz, el gran responsable del triunfo.

El festejo del chileno Paulo Díaz junto a Matías Caruzzo. Foto: La Nación / GDA
El festejo del chileno Paulo Díaz junto a Matías Caruzzo. Foto: La Nación / GDA

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