EN TACUAREMBÓ

Los viajes de Nacional al interior del país renuevan el escenario habitual, pero también acercan el fútbol a un público que no acostumbra a verlo desde la tribuna por la distancia geográfica que lo separa del Gran Parque Central.

“Nunca la lavé porque me la dio Ruben Sosa en 1998”, dice Santos Barboza con una sonrisa de oreja a oreja. A su lado se encontraba Santos Amilca, su hijo, que rebalsó de alegría al intercambiar unas palabras con sus ídolos.

“Es la primera vez que veo a todos los jugadores”, acota el chico mientras, a la distancia los futbolistas se retiraban en el ómnibus rumbo al almuerzo.

Mientras tanto, su padre sujetaba fuerte la camiseta del conjunto tricolor, que se tornó aún más histórica al incorporar varias rúbricas. “Y ahora me la firmaron estos gurises: Rafa García, Polenta, Vecino …”, apunta el padre.

A falta de un par de horas para el comienzo del partido en el Estadio Goyenola, y más allá de haberse encontrado cara a cara con los hinchas, Santos Barboza y su hijo se encaminaron a presenciar el encuentro: “Vamos al estadio hoy, pero no vamos a ir a la hinchada brava. Vamos a la tribuna Norte”.