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Robinho: de "sucesor de Pelé" a la decadencia

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Robinho

FÚTBOL INTERNACIONAL

La justicia italiana ratificó una condena a 9 años de prisión contra el jugador brasileño por violación

La sentencia de una corte de apelaciones de Milán, que confirmó ayer la condena a nueve años de prisión al brasileño Robinho por violación, es un capítulo más de la caída de un futbolista que alguna vez fue llamado a convertirse en el nuevo Pelé.

Según el expediente, Robson de Souza, conocido como Robinho, participó en 2013 de una violación en grupo a una joven albanesa que festejaba su cumpleaños 23 en una discoteca de Milán. Quedan instancias de apelación, por lo cual todavía no se procesará la extradición del futbolista, que vive en Brasil.

En 1999, cuando tenía 15 años, las grandes actuaciones de Robinho llevaron a que muchos vieran en él un nuevo Pelé. Jugaba en el Santos, como aquel, e incluso era muy parecido al adolescente Pelé campeón mundial en Suecia 1958. Finalmente, el propio O Rei anunció que iba a ser su sucesor.

Esa promesa llevó a que Real Madrid se lo llevara en 2005 por 30 millones de dólares. Con los “merengues” tuvo algunos grandes partidos, ganó dos ligas, pero nunca alcanzó el nivel superlativo que auguraba la comparación con Pelé.

En 2008 pasó al Manchester City, donde lució poco y enfrentó varias controversias, incluso una acusación de abuso sexual que al final no llegó a juicio. De cualquier manera, empezó a ser visto como un jugador más interesado en fiestas que en la competencia. Terminó regresando al Santos.

En 2010 volvió a Europa, contratado por el Milan. No le fue mal, pero en dos años estaba de nuevo en Santos. Luego, a China por seis meses y un montón de dinero, Atlético Mineiro, el fútbol turco y una cuarta etapa en Santos, que hace pocas semanas le ofreció un salario muy bajo. Pero cuando llegó la noticia de su juicio por violación en Italia,  varias empresas que patrocinan al Santos presionaron al club para rescindirle el contrato, lo que finalmente ocurrió.

Al mismo tiempo defendió la selección brasileña, sin llegar a ser nunca la gran figura, si bien ganó dos copas Confederaciones y una Copa América.

Robinho fue un muy bien jugador y logró numerosos éxitos, pero quizás también una víctima de las expectativas demasiado altas, demasiado pegado al cartelito de “nuevo Pelé”.

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