#OVACIONENLAFINAL

Ambos tienen armas para alzarse con el máximo trofeo continental, pero también se juegan mucho.

Llegó el mejor y peor día de la historia para los hinchas de River y Boca. Falta saber cuál de los dos se llevará la gloria o la amargura eterna que depara esta finalísima de la Copa Libertadores, en el Monumental de Núñez, cuando el árbitro uruguayo, Andrés Cunha, pite el final del encuentro tras los 90’ minutos, 120 (si hay alargue) o con el último penal de una serie que sería infartante.

Tras la igualdad 2 a 2 en la ida, tanto millonarios como xeneizes tienen armas suficientes para poder alzarse con el máximo trofeo continental. Quizás el dirigido por Marcelo Gallardo tenga un plus, ya que ostenta una sucesión de triunfos clave ante su rival de todas las horas que comenzó en 2014. Ese año, el destino los cruzó en las semifinales de la Copa Sudamericana y River alcanzó el primer título continental de la era Gallardo.

La racha de duelos clave ante Boca del actual técnico millonario se estiró a la finalísima de la Supercopa argentina que terminó con triunfo de River 2 a 0. “El Muñeco lo hizo de nuevo”, titularon los medios tras el sólido triunfo y, por eso, el Bicampeonato argentino que obtuvo Boca semanas después tuvo gusto a poco.

Si bien estas horas previas de vigilia se viven con un silencio que habla del temor a perder, los millonarios, muy en el fondo de sus almas, confían en esos antecedentes. Gracias a ellos les cuesta recordar el “fantasma de la B” del 2011 y saben que hoy es el día ideal para enterrarlo.

Ahora bien. ¿a qué puede aferrarse el hincha de Boca para poder festejar? Además de ser el club con más finales de Libertadores (11) y tener seis en su haber, la estadística indica que le fue bien en sus últimas visitas al Monumental.

En el último cruce en River, Nahitan Nández logró darle el triunfo a Boca sobre el final, para adueñarse del primer puesto de la Superliga que finalmente ganó. El volante volverá a ser una pieza clave y Lucas Olaza será el otro “¡u-ru-guayo!” en el lateral izquierdo.

Además, Boca se nutre de extraordinarios futbolistas de mitad de cancha hacia adelante. Sin Pavón, desgarrado, la experiencia y jerarquía que tiene Carlos Tévez no ha sido confirmada por Guillermo si va desde el vamos. Igual que el crédito goleador que tendrá la visita: Darío Bendetto. El “¨Pipa” rememoró en los hinchas boquenses “hazañas palermianas” de la era Bianchi con goles clave en las semifinales con Palmeiras y el de la primera final ante River, tras una temporada que lo tuvo al margen por una rotura de ligamentos.

Los argumentos futbolísticos de River, más allá de los psicológicos que se inclinan levemente a su favor, pasan por el juego colectivo que muestra en partidos decisivos. También pesa a su favor la seguridad que transmite Armani en el arco y que, aún fallando en el primer gol de la primera final, se erigió como héroe por el mano a mano que le sacó a Benedetto en La Bombonera.

Además, River contará en sus filas con Gonzalo Martínez, que le hizo goles decisivos a Boca en los últimos clásicos de visitante, incluido el empate 2-2 de la ida. Si bien el tanto fue en contra, sin la pegada envenenada del “Piti” nunca hubiera existido.

Entre los uruguayos que militan en la banda Rodrigo Mora, uno de los pocos sobrevivientes que tiene el ciclo Gallardo desde su génesis, es el que más chances tiene de salir a jugar desde el vamos, compartiendo ataque con Lucas Pratto. El oriundo de Rivera tratará de disimular la baja por suspensión del colombiano Rafael Santos Borré y de Ignacio Scocco, lesionado.

Camilo Mayada, en tanto, sería una de las alternativas en el banco de suplentes mientras que Nicolás De La Cruz también pelea por un lugar entre los relevos del local. Sin el “Muñeco” Gallardo atrás de la línea de cal por suspensión, los cabuleros “gallinas” se aferran a lo que sucedió en la final consagratoria de la Libertadores 2015 ante Tigres. ¿Se repetirá?