Álvaro Gutiérrez tiene plantel y 14 partidos para volver a poner a su equipo en el mismo lugar que en el Torneo Apertura.

El impacto por la eliminación de Nacional de la Copa Bridgestone Libertadores todavía es indisimulable y se palpa en el ambiente. El hincha canta, el futbolista juega, el dirigente acompaña, pero en las fibras más íntimas, todavía no se pueden desprender de esa sensación de vacío y decepción, que quedó impregnada en la piel tras el partido del jueves ante Palestino en el Parque Central. Es natural, después de tremendo revolcón. Por todo lo que perdió Nacional, y porque el golpe derrumbó los sueños que se habían alimentado afuera y adentro de la cancha. Sin embargo, como siempre sucede en el fútbol, en el que los triunfos son tan efímeros como las derrotas, los tricolores transitan por una etapa de duelo, acompañada de la reconstrucción natural que necesita cualquier equipo y que devolverá, seguramente en unos días si el plantel se encarrila, esa felicidad que les acompañó durante el último semestre de 2014.

Nacional tiene suficiente plantel como para jugar con dos equipos en el Clausura. Le sobran futbolistas de renombre. Ahora bien: en estos tiempos de crisis, el técnico tiene que ingresar en la etapa más difícil, la de recuperar la identidad que el equipo consiguió en el Apertura y que le permitió llevarse los elogios más variados por tan variado repertorio futbolístico. El DT tiene 14 partidos para poner a su grupo en el lugar que quiere y llegar al último día de mayo, justo en el mes del aniversario del club, con las fortalezas futbolísticas para defender. "Guti" rinde la prueba más difícil... aunque ya superó varias como ésta.

Ribaír Rodríguez, uno de los refuerzos que tuvo Nacional en este semestre, ingresó a los 71 por Santiago Romero. Jugó como lateral derecho y mostró su oficio para defender y lanzarse al ataque. Es uno de los que le aportará valor agregado al equipo que orienta Álvaro Gutiérrez. El otro refuerzo que jugó ayer fue Gonzalo Bueno.

NACIONALLUIS EDUARDO INZAURRALDE