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5 razones para pedir al ‘Chino’

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Álvaro Recoba. Foto: Archivo El País
PABLO PORCIUNCULA

Junio de 2015. Nacional 3 Peñarol 2. Delirio en la tribuna tricolor, locura en medio país, sentimiento inexplicable cuando el ‘Chino’ Álvaro Recoba alza la Copa y la besa.

Fue su última presentación en escena. Después de ese nuevo Campeonato Uruguayo, no hubo más magia, ni goles olímpicos, ni tiros libre memorables. Nada. Con la consagración de Nacional se apagaba la última estrella. El genio, el jugador diferente.

Hoy, a las puertas de un nuevo clásico, muchos lo extrañan. Añoran su presencia en cancha o en el banco, tanto da. Porque con el Chino a la orden, todo podía pasar, como sucedió infinidad de veces con la blusa tricolor.

¿Qué le podía aportar Recoba a este Nacional? ¿Tendría un lugar en el equipo que para habitualmente Gustavo Munúa? ¿Podria ser carta de triunfo desde el banco de relevos?

Preguntas, hipótesis, pero la realidad es una sola: el Chino no va a estar en cancha, ni a la orden.

Este Nacional de Munúa ya no lo tiene. Es otro, muy diferente al que terminó coronándose Campeón Uruguayo hace cinco meses.

Hay un nuevo sistema, y otros hombres en cancha que intentan, de una manera u otra, disimular esa ausencia gravitante en partidos clásicos, fundamentalmente, por lo que aportaba y decidía en propios y extraños.

El Chino era una carta en la manga para cualquier entrenador. y hubiese sido una variante válida también para Munúa.

De hecho, desde que Recoba se fue con la medalla de campeón colgada en el cuello, el tricolor no hizo más goles de tiros libres. Una materia pendiente desde el adiós del Chino.

Pero no sólo de tiros libres se trata, su ausencia también se sintió en partidos cerrados, donde las defensas se abroquelaron y fue difícil abrirlas.

Aquella magia, aquellas fintas, esos tiros de esquina que caían como misiles en el área, pudieron haber sido determinantes en algunos momentos del torneo. Pero el Chino ya no está.

CLASE - LA GRAN DIFERENCIA

Perdió pique, explosión y velocidad. Pero Recoba no perdió su clase. Y la mantuvo hasta el final. Fue gravitante en definiciones, en partidos cerrados, complicados, y sólo se abrieron con su calidad, esa que lo distinguió desde sus inicios en Danubio. Hoy Nacional no tiene un jugador de sus características.

PEGADA - PELOTA QUIETA

Con Recoba en cancha o en el banco, Munúa hubiese tenido un gran ejecutante de pelotas paradas. No sólo en tiros de esquina, sino también, y fundamentalmente, en tiros libres cerca del área. El ‘Chino’ le pegaba como ningún otro. Y se aburrió de hacer goles decisivos. Y en los clásicos dejó su huella.

EXPERIENCIA - ADENTRO Y AFUERA

El plantel tricolor tiene hombres de experiencia, pero él aportaba la suya dentro y fuera de cancha. Hablándole a los más jóvenes, diciéndoles como pararse delante de los defensores rivales, o alertándolos sobre la marca. Su bajo perfil no lo hacía trascender, pero ese ‘mano a mano’ de vestuario se perdió

PERSONALIDAD - MOMENTOS DIFÍCILES

Muchas veces se lo tildó de no sentir los partidos, de no vivirlos, de no vibrar, pero con el correr de los años, Recoba demostró que no tenía nada que envidiarle al más temperamental. Claro, con otras armas. Esa de pedir la pelota en el momento más difícil, y tomar la posta para llevar a su equipo hacia adelante.

GOL - HOMBRE CLÁSICO

Sin el ‘Chino’ Nacional perdió un gran ejecutante, es cierto, pero también un hombre-gol en los clásicos. No sólo de tiro libre o de penal, Recoba era amenazaba latente por su disparo desde fuera del área. El tricolor no hizo un solo gol de tiro libre desde que el ‘Chino’ dejó las canchas. No hace falta decir nada más.

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Álvaro Recoba. Foto: Archivo El País

NACIONALJOSÉ MASTANDREA

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