Publicidad

Rapinoe: la mejor futbolista del mundo nunca se calla

Compartir esta noticia
Megan Rapinoe.
Megan Rapinoe.
Foto: archivo El País.

FÚTBOL

La jugadora estadounidense, bicampeona mundial, es una decidida activista, capaz de pelearse con Donald Trump.

Rapinoe
FOTO: AFP. 

A menudo los deportistas evitan pronunciarse sobre temas políticos y sociales porque viven en una suerte de burbuja, a donde los ruidos del mundo llegan muy atenuados. Otras veces no se meten con esos asuntos que no dominan, pues crecieron sin poder acceder a una formación completa. Y algunos eluden definirse para evitar complicaciones ante una realidad que se presenta cada vez más polarizada y espinosa.

La estadounidense Megan Rapinoe, la mejor futbolista del mundo, ganadora el lunes pasado del Balón de Oro femenino de France Football, eligió el camino exactamente opuesto. "Soy una protesta ambulante", afirma.

Su idea es que los famosos, como los deportistas, deben “prestar su plataforma” a otras personas para que divulguen sus problemas. Y fue muy explícita en su discurso de septiembre pasado, cuando recibió el premio The Best de la FIFA: “Levanta a otras personas. Comparte tu éxito. Tenemos una oportunidad única en el fútbol, diferente a cualquier otro deporte en el mundo, de usar este hermoso juego para cambiar el mundo para mejor. Ese es mi cargo para todos. Espero que lo tomes en serio y solo hagas algo”, dijo.

Rapinoe se hizo notoria para quienes no siguen el fútbol femenino por sus recientes peleas, vía redes sociales, con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Todo comenzó cuando, previo al Mundial de Francia del año pasado, anunció que de ser campeonas no irían “a la puta Casa Blanca”.

Trump nunca se queda callado y afirmó en un tuit: “Megan nunca debería faltarle el respeto a nuestro país, la Casa Blanca o nuestra bandera, especialmente porque se ha hecho mucho por ella y por el equipo. Siéntete orgullosa de la bandera que usas”.

La futbolista no lo dejó ahí: “Me siento muy afortunada de estar en este país, nunca podría hacer esto en otros lugares, pero eso no significa que no podamos mejorar, ni significa que no deberíamos esforzarnos por ser mejores”. Y agregó, dirigiéndose a Trump: “Tu mensaje excluye a gente. Me estás excluyendo a mí, estás excluyendo a gente que se parece a mí, estás excluyendo a gente de color. Estás excluyendo a estadounidenses que podrían apoyarte”.

El final de esta novela fue el siguiente: Estados Unidos ganó el Mundial de Francia y el plantel no visitó la Casa Blanca.

En la cancha. Megan Anne Rapinoe nació en Redding, California, el 5 de julio de 1985. Desde muy niña le gustó el fútbol, un deporte que tiene enorme difusión entre las mujeres en Estados Unidos. Heredó la pasión por este deporte de su padre, primer entrenador de ella y de su hermana gemela Rachel.

Después del campito, porque también en Estados Unidos existen los campitos para el fútbol informal, se anotó en un club, el Elk Grove United. Después, ya a nivel universitario, defendió al Portland Pilots, el equipo de la Universidad de Portland.

Durante el draft de la Women’s Professional Soccer (liga profesional femenina) de 2009 fue elegida por Chicago Red Stars, con cuyos colores cual logró destaque y fue elegida para el seleccionado ideal del torneo. Fue transferida después al Philadelphia Independence, pero estuvo poco tiempo y pasó al MagicJack de Florida por una cifra récord para el fútbol femenino: 100.000 dólares.

Pero el equipo dejó de competir, por lo cual se fue al Sydney de Australia. Y de all regresó a Estados Unidos para jugar por el Seattle Sounders Women, convirtiéndose en la jugadora que más dinero movió en una negociación, rompiendo barreras salariales que se habían impuesto previamente a las mujeres. Al final, Rapinoe se quedó como agente libre por el cierre de la franquicia, una situación inesperada entonces.

No se quedó quieta, pues en enero de 2013 firmó un contrato de seis meses con el Olympique de Lyon, uno de los mejores equipos de mujeres de Europa, con un sueldo de 11.000 dólares mensuales. Tras el final del acuerdo, fichó por el Reign FC, el equipo de Seattle donde sigue jugando.

Esa inestabilidad laboral se debió en gran medida a las alternativas del fútbol profesional femenino estadounidense, pautado por la aparición y cierre periódicos de ligas y clubes. Con la selección de Estados Unidos, en cambio, su relación es larga: debutó en la categoría sub 16 y nunca salió de las convocatorias, salvo por lesión. Hasta ahora jugó 96 partidos internacionales y convirtió 26 goles. Uno de ellos es histórico, cualquiera sea el sexo del futbolista: en las semifinales de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, frente a Canadá convirtió el primer gol olímpico en la historia de este deporte.

Con su país es doble campeona del mundo (Canadá 2015 y Francia 2019) y medalla de oro olímpica (Londres 2012). En Francia 2019 fue Balón de Oro (mejor jugadora), Bota de Oro (goleadora) y la mejor de la cancha en tres partidos incluyendo la final.

Cuando ganó el título mundial de 2015, su pueblo natal declaró el 10 de septiembre como “el Megan Rapinoe Day”.

Fuera de la cancha. En 2012, Rapinoe declaró públicamente que era gay y que mantenía una relación con la futbolista australiana Sarah Walsh. Hoy está casada con la basquetbolista Sue Bird, cuatro veces campeona olímpica con Estados Unidos. Es una defensora de los derechos de la comunidad LGBT.

También apoyó la protesta del jugador de fútbol americano Colin Kaepernick, que se arrodillaba antes de los partidos cuando tocaban el himno estadounidense para denunciar la violencia policial contra la población afroamericana (esa actitud le significó a Kaepernick quedarse sin equipo al final de su contrato con los San Francisco 49ers hace tres años).

Megan incluso inició un juicio contra la Liga de Fútbol femenino de su país reclamando igualdad de salarios con los futbolistas del sexo masculino, además de solicitar similares inversiones para preparación, equipos juveniles y marketing. El planteo tuvo un apoyo inesperado durante la final del Mundial de Francia, que enfrentó a Estados Unidos con Holanda: miles de hinchas en las tribunas cantaron “equal pay” (salario igualitario) mientras ella alentaba desde la cancha. Debe recordarse que las mujeres estadounidenses constituyen el mejor equipo del mundo, en tanto sus colegas hombres forman un seleccionado apenas discreto.

Rapinoe también se unió a una iniciativa solidaria, lanzada por el jugador español del Manchester United Juan Mata, que pide a los jugadores y las jugadoras profesionales donar el 1% de su salario a organizaciones que utilizan el fútbol para promover el desarrollo social sostenible. Un movimiento que recibió hace días el respaldo del técnico del Liverpool, Jürgen Klopp.

En una reciente entrevista con el New York Times le preguntaron si no cree que el deporte debería ser un “oasis ajeno a la política”. Rapinoe contestó: “No entiendo ese argumento en absoluto. Ese planteo desea que seamos modelos a seguir para sus hijos. Desea que respaldemos sus productos. Nos hacer desfilar por ahí. Es como si estuviéramos aquí solo para sentarnos en la vitrina para que nos miren. Esto no va a ser así...”

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad