Tras la renuncia de Lucas Blasina a la presidencia de Rampla, un grupo de dirigentes e hinchas, se abocaron a buscar los recursos que le permitan al club jugar el Campeonato Uruguayo de Segunda División. Se necesitan 190.000 dólares en 24 horas.

Rampla vive y lucha. Tiene, al menos 24 horas para intentar salir del CTI económico en el que se encuentra, porque mañana deberá pagar 190 dólares y de esa forma, cancelar deudas para poder iniciar el Campeonato Uruguayo de Segunda División Profesional.

La renuncia del ingeniero Lucas Blasina a la presidencia de los "picapiedras", ambientó una importante movida dentro y fuera del club. Gabriel Kouyoumdjian, que ocupaba el cargo de tesorero, pasó a ser el nuevo presidente de los rojiverdes, y logró que varios asociados, que por un motivo u otro se habían alejado del club, regresaran dispuestos a colaborar con la institución.

El Dr. Ignacio Durán, integrante del Tribunal de Penas de la AUF, pidió licencia a su cargo para meterse de lleno en la campaña de hinchas para recolectar fondos. De hecho, ya se habilitó en Red Pagos el Colectivo "Unidos por Rampla" (No 46530) para intentar achicar la deuda con sus acreedores.

"Queremos recuperar la unidad del club que se perdió e involucrar a los que se alejaron. No le cerramos las puertas a nadie", dijo Durán, y agregó:"Soy optimista pero hay que aclarar que en pocas horas no se puede hacer lo que no se hizo en estos meses. Tengo una lista de gente que directamente paso a visitar y pregunto con cuánto pueden ayudar, es así. No hay tiempo".

La urgencia de Rampla es la de muchos hinchas que no quieren perder la posibilidad de verlo en la cancha. "Le pido a todos los ramplenses que estemos unidos que se puede salir", insistió Gabriel Kouyoumdjian, el nuevo presidente.

"Nosotros nos vamos a sentar a renegociar lo que hablaron jugadores y cuerpo técnico con el grupo gerenciador", agregó Kouyoumdjian, y remarcó que "el objetivo principal es que el equipo el sábado esté en cancha".

Rampla intenta salir del CTI. Lucha y corre por su vida. El diagnóstico es grave, pero tiene algo a favor: el corazón de sus hinchas.

SEGUNDA DIVISIÓNJOSE MASTANDREA