La victoria de Danubio hundió más a Peñarol en la tabla y ahondó su crisis deportiva.

El equipo de Leo Ramos, volvió a dar muestras de su personalidad, y al igual que frente a Nacional, dio vuelta el trámite y el resultado en Jardines. Ya no es casualidad: si de 13 partidos que Ramos dirigió a Danubio ante los grandes, ganó 9, es porque sabe cómo hacerlo.

Llega hasta lo más profundo de sus jugadores, y plantea notablemente los partidos. Sólo tres derrotas tiene ante Nacional y Peñarol, y no es un tema menor. Porque juegue donde juegue, Danubio se hace fuerte en los partidos más duros. Podrá perder contra Rampla, o frente a Racing, equipos que están un escalón más abajo en lo futbolístico, pero cuando llega la hora de jugar ante un grande, Ramos saca lo mejor de sus hombres y logra victorias importantes, de esas que pueden terminar en un campeonato.

DESDE EL ARCO - JOSÉ MASTANDREA