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Puso fútbol y corazón

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Clave. El capitán manejó los hilos del equipo y tuvo incidencia directa en el resultado. Foto: Gerardo Pérez

PEÑAROL

Cristian Rodríguez hizo todo bien: se cargó el equipo al hombro de principio a fin y fue la gran figura

Fue el último en retirarse del césped del Campeón del Siglo. Con los brazos al cielo, saludó a las cuatro tribunas mientras el aliento de los hinchas lo abrazó con el “Ceboooolla, Ceboooolla”.

“Soy un agradecido porque la gente siempre estuvo. Tengo una doble felicidad porque están mis hijas acá, así que se lo dedico a ellas”, señaló el lacacino, que fue la gran figura de la noche donde Peñarol cosechó su primer triunfo.

El volante jugó como un verdadero líder de equipo grande. Más allá de asumir la responsabilidad de patear el penal, apenas unos días después de haber fallado uno, se puso el equipo al hombro. Retrocedió cuando el partido lo ameritaba y tomó las mejores decisiones para quedarse con el resultado. Sobre el final, dejó cara a cara a Cristian Palacios con el arquero (en el gol que termina convirtiendo Rodrigo Rojo), pero ya había metido dos muy buenos pases que podrían haber liquidado el encuentro mucho antes.

#LibertadoresxFOX | Cristian Rodríguez: "Fue un partido bueno en general, se hizo de ida y vuelta" pic.twitter.com/k3vGRQPYtl

— FOX Sports Argentina (@FOXSportsArg) 5 de abril de 2018

“Fue un partido de ida y vuelta, muy duro como son todos los de Copa. De local hay que ganar siempre”, señaló y eso se notó dentro del campo, porque su mejor expresión fue a partir del descuento de Atlético Tucumán. Cuando la visita justo se puso a tiro, el lacacino elevó aún más su nivel.

Después de dos malos resultados a nivel local, que lo privaron dos veces de llegar a la punta del Apertura, Cristian Rodríguez puso la cara por todos sus compañeros, pero no hablando... Lo hizo con hechos y dentro de la cancha, porque puso fútbol y mucho (muchísimo) corazón.

Tuvo rápidamente su revancha y se sacó las ganas

Lo dice el dicho. El fútbol siempre da revanchas y para Cristian Rodríguez llegó rápido. Tal vez más rápido de lo que podría haber imaginado. Había quedado muy afectado por el penal que había fallado ante Torque el sábado a la noche, en la derrota por 2-0. Agachó la cabeza, masticó la bronca y se puso la cinta de capitán una vez más para salir a defender a Peñarol ante Atlético Tucumán por la Copa Libertadores.

Iban solo nueve minutos cuando Rafael García bajó a Agustín Canobbio en el área, el árbitro sancionó penal y allá fue el CR7 criollo para tomar la pelota, colocarla con total tranquilidad y enfrentarse al arquero argentino.

Le pegó cruzado a la pelota pero, sobre todo, con alma y vida, como para no repetir el tiro anunciado y débil al medio que le había contenido Mathías Cubero unos días atrás. El golero tocó el balón, pero iba tan fuerte que fue incapaz siquiera de desviarlo. Gol, 1-0 para Peñarol y desahogo para el “Cebolla” que lo festejó con todo el Campeón del Siglo.

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