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Puntos de conexión: conocé el recorrido y la historia de dos futbolistas resilientes

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Edwin Salazar, jugador de Rocha y Joshuan Berríos, futbolista de Rampla Juniors. Foto: Estefanía Leal.

SEGUNDA DIVISIÓN PROFESIONAL

De estudiar Ingeniería a tener la oportunidad de su vida en el fútbol. O de ser un atleta olímpico a cumplir el sueño de ser futbolista. Así de oscilantes son las historias de Salazar y Berríos.

Los dos atraviesan presentes diferentes. Uno es delantero de Rocha, que protagoniza la Segunda División Profesional y se ilusiona con el ansiado ascenso; y el otro juega de extremo en Rampla Juniors, un equipo reconocido que está en la parte baja de la tabla. Sin embargo, a los dos los une la nacionalidad y, sobre todo, una historia que demuestra cómo el amor por la pelota terminó definiendo sus carreras. Edwin Salazar y Joshuan Berríos son dos talentos colombianos que, tras un largo recorrido, arribaron al fútbol uruguayo para demostrar su nivel.

El delantero de la Celeste del Este, de 29 años, fue parte del ascenso del club de la categoría C a la B hace dos años, mientras que el extremo del “picapiedra” llegó al club tras destacarse el año anterior con Mar de Fondo, equipo de la tercera categoría. “Cuando llegué a Rocha no se sabía si el equipo iba a salir a jugar el torneo de la C, no se sabía nada. Sin desacreditar a un rival de la C, a veces vos tenías partidos donde te encontrabas con resultados muy abultados de cuatro o cinco a cero”, comentó Salazar.

Por su parte, Berríos agregó un detalle respecto de las diferencias futbolísticas entre ambas categorías: “Son muy similares en cuanto al fútbol, en lo peleado, pero en la B es más lindo el fútbol. El Estadio Charrúa opaca a todos los campos en los que se juega en la C”, dijo el veloz jugador argumentando que, por sus características, se ve beneficiado con las condiciones del terreno de juego de la segunda categoría.

Una vez logrado el ascenso con Rocha, Salazar emigró al fútbol panameño y tomó una decisión de la que en la actualidad se arrepiente: “Al representante que tenía en ese momento le favorecía mucho que yo firmara con un equipo de Panamá llamado Costa del Este, porque él necesitaba hacer un negocio, y yo con Nicolás Poggio (la cara visible de la Sociedad Anónima Deportiva presente en Rocha) ya había llegado a un acuerdo, pero pagué un favor y me tuve que ir; no fue la mejor decisión”, declaró.

El delantero disputó siete partidos en el fútbol de aquel país y en marzo regresó a su Colombia natal producto de la llegada de la pandemia. Mientras tanto se entrenó por su cuenta, pero en Panamá no se volvió a jugar en todo el año y, tras la reducción del cupo de extranjeros en esa liga, debió rescindir contrato.

Edwin Salazar, futbolista de Rocha. Foto: Estefanía Leal.
Edwin Salazar, futbolista de Rocha. Foto: Estefanía Leal.

Nuevamente Rocha se cruzó en su camino y Salazar no dejó pasar la oportunidad, pero su llegada demoró más de lo esperado. “Por el tema de la pandemia fue una cosa de locos, llegaba la fecha de viajar y en Colombia me cambiaban el vuelo, perdí dos pasajes hasta que en octubre llegué ya con el torneo avanzado y un equipo constituido”.

La situación del elenco rochense en ese momento era casi antagónica a la actual: Gustavo Machado había dejado de ser el técnico del equipo y Marcelo Suárez había tomado las riendas. En este sentido, para Salazar fue como “empezar de cero”, pero hoy disfruta de ser una pieza clave de Rocha: “Estar teniendo actuaciones que le aportan al funcionamiento del equipo, que le dan ese aire, que lo ayudan a crecer, me hace sentir que me estoy encontrando cada vez más con lo que soy como jugador”, acotó.

La historia de Joshuan comparte aristas con la de Edwin, ya que el jugador del "picapiedra" también se cruzó con el COVID-19 durante su recorrido. El extremo de Rampla tuvo un inicio destacado en las primeras fechas del campeonato, pero luego cursó la enfermedad y al regreso su rendimiento mermó: “En ese momento te sentís frustrado por no poder hacer lo que habitualmente hacés: levantarte, entrenar y estar todo el día pensando en cómo ayudar al equipo y mejorar”, dijo Berríos, quien destaca que esa situación lo hizo más fuerte para salir adelante.

Ninguno de los dos tuvo una carrera típica de esas que comienzan en formativas y terminan en el profesionalismo. En el medio hubo una serie de dificultades que oscilan entre la indecisión por el camino a elegir y la percepción familiar. Salazar, oriundo de Buenaventura, hizo su primer año de inferiores en Once Caldas en el año 2008 hasta que reformaron las formativas y, tras un paso por Deportivo Pasto, en 2010 llegó al Deportivo Cali. Pero ese año protagonizó algunas discusiones familiares con su padre: “Él siempre pensó que el deporte no era una profesión que le diera al ser humano la posibilidad de llegar lejos en la vida”, subrayó.

Edwin tomó las palabras de sus padres y empezó la carrera de Ingeniería Civil en la Universidad Javeriana de Cali, pero allí conoció a un compañero que ofició de intermediario y le allanó el camino para retomar su pasión: “Me presentó a Daniel Cruz, que es hijo del tucumano Cruz (que jugó en River Plate de Argentina) e hizo todas sus inferiores en el Ajax". Una vez que perdió su cupo en la universidad por el promedio académico, Cruz lo llevó a un equipo de la B de su país y, tras convertir 39 goles en 40 partidos, firmó su primer contrato profesional.

Luego salió a probar suerte a Europa y jugó dos años en Finlandia pero, tras sufrir la ruptura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha, terminó llegando a Rocha en 2019. “Me pasaron todo tipo de cosas que al día de hoy digo no, no fue fácil, pero es muy satisfactorio vivir este momento con Rocha”, destacó.

"Sin que nos hayan tenido muy en cuenta, estamos dando un batacazo importante, pero vamos de a un partido a la vez"

Edwin Salazar, jugador de Rocha y Joshuan Berríos, futbolista de Rampla Juniors. Foto: Estefanía Leal.
Edwin SalazarDelantero de Rocha

El recorrido de Berríos tampoco estuvo exento de dificultades. El colombiano hizo inferiores en Independiente Medellín hasta recalar en el Club Deportivo los del Sur del fútbol amateur. Luego realizó una prueba en Boyacá Chicó y quedó, pero tuvo un inconveniente de salud: “Las condiciones climáticas no me ayudaron, me enfermé feo y no pude jugar ahí”, comentó.

Joshuan Berríos, atacante de Rampla Juniors. Foto: Estefanía Leal.
Joshuan Berríos, atacante de Rampla Juniors. Foto: Estefanía Leal.

En un momento de adversidad, al extremo del “picapiedra” le llegó una oportunidad en otro deporte. “Mi madre me dijo: ‘Buscá algo que hacer porque estás perdiendo tu tiempo, no tenés estudio, no hacés nada’”. Enseguida un entrenador observó su velocidad y lo invitó a incursionar en otro deporte: el atletismo.

Berríos aceptó la propuesta y su destacado rendimiento a nivel nacional en los 110 metros con vallas lo llevó a participar de los Juegos Olímpicos de la Juventud en 2014 como abanderado de Colombia. “No dimensionaba la noticia porque estaba representando a toda la delegación de mi país”, subrayó. Por si fuera poco, el actual delantero con pasado de atleta llegó a la final: “Allí me tropecé con vallas y caí en la pista, quedé último, pero llegué hasta la final. Fue una experiencia top para la que tuve un año y medio de preparación”, añadió.

Joshuan Berríos representó a Colombia en los Juegos Olímpicos de la Juventud. Foto: coc.org.co
Joshuan Berríos representó a Colombia en los Juegos Olímpicos de la Juventud. Foto: coc.org.co

Al ser consultado acerca de por qué se terminó decantando por el fútbol, Berríos dijo que en toda su infancia estuvo presente el fútbol y, ante la falta de oportunidades, incursionó en el atletismo.

Sin embargo, lo terminó dejando por un motivo particular: “Era mucha carga. No es solo correr, como dice mucha gente, los entrenamientos son demasiados fuertes, te preparás cuatro o cinco meses para correr 10 segundos y estás solo vos y más nadie”, señaló.

La percepción social sobre los futbolistas y la necesidad de hablar

Más allá de la actualidad de cada equipo y de sus trayectorias personales, los delanteros tuvieron una charla con Ovación que trasciende los aspectos futbolísticos y hablaron sobre cómo creen que se percibe a los jugadores a nivel social: “Se los trata como una máquina de ganar, pero existen tres resultados posibles”, comentó Joshuan Berríos.

Por su parte, Edwin Salazar se refirió de forma específica a los recientes casos de jugadores y exfutbolistas que se quitaron la vida. En este sentido, el jugador de Rocha envió un mensaje de reflexión hacia todos sus colegas de profesión: "Creo que, como dicen, hay que hablar. No me parece una frase de cajón, hay que hablar. No te hace menos hombre expresar las cosas que te duelen, quizá te pueden salvar”, finalizó. 

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