Cámaras más, cámaras menos, y vale igual para el tiempo que queda por delante, parece inminente el comienzo del Uruguayo Especial, que quizá no será uno más: acaso la última entrega de un formato de la actividad oficial del fútbol local que, por querer acompasarse al calendario europeo fue contra aspectos que no eran sólo folklóricos, como que el campeón de la temporada festejara casi con la culminación del año, hasta levantando una copa más en las fiestas tradicionales: los equipos uruguayos van a poder descansar y, luego de licencia de diciembre, hacer pretemporadas "como Dios manda"; en una palabra, como antes.
JORGE SAVIA
Es más, la modificación debería trasladarse a otro plano: volver al Uruguayo largo, sin los dos torneos cortos que —uno recuerda— se crearon con la intención de que los clubes, los dirigentes y sobre todo los técnicos, no asumieran la actividad local con tanto drama, sino pensando que al poco tiempo tendrían una revancha; ¡y pasó todo lo contrario! Esto es, los plazos para hacer balances se abreviaron, y a los entrenadores los esperan menos y los echan más rápido.
EL ANÁLISIS