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Ya está pronto: Abel vuelve a jugar

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Abelito

uruguayo

Recuperarse de la grave lesión que sufrió no fue fácil: al principio estaba entregado, pero buscó ayuda psicológica y hoy se permite soñar con el Mundial

Abel Hernández se recupera de la grave lesión que sufrió en agosto pasado. Ya está en la recta final y eso lo hace sentirse muy bien de ánimo. Y hasta se ilusiona con volver a jugar el 17 del mes que hoy comienza, cuando se cumplan los seis meses de aquella triste tarde en que su equipo, el Hull City, jugó contra el Wolverhampton y él se rompió el tendón de Aquiles.

“Ahora estoy contento porque me quedarán unos 12 días para empezar a entrenar con el grupo. Lo peor ya pasó. Estoy intensificando la parte física y, aunque no tengo una idea clara, me llevará una semana más para poder volver a jugar. Lo que tenemos pensado es volver para el 17 de febrero, que se cumplirían seis meses de la lesión. Sería el momento justo”, contó Abel desde su casa en las afueras de Hull, en el condado de Yorkshire, Inglaterra.

Claro, no siempre se sintió tan bien durante los seis meses que le llevó la recuperación. Por algo necesitó ayuda psicológica. Hoy cuando mira hacia atrás y recuerda el momento en que sintió como una pedrada en el tendón, cree que podía haber evitado la lesión. O al menos la gravedad de la misma. “En el segundo tiempo sentí un dolor bastante fuerte en el tendón, pero pensé que era de cansancio. Y al final, faltando menos de diez minutos, sentí cuando se rompió. Capaz que si hubiera pedido el cambio cuando empecé a sentir el dolor, lo hubiera evitado, pero el partido no estaba para pedir cambio, íbamos perdiendo y necesitábamos ganar. Por no dejar a mis compañeros en banda, no pedí para salir, pero hoy creo que hubiera sido lo mejor”, relató.

“Lo que sentí fue como una pedrada en un salto. Y un dolor muy fuerte, impresionante. Como que se me acalambraba desde la punta de los dedos hasta la rodilla. En ese momento supe que era algo grave. Y es una de las lesiones más graves que hay en el fútbol”, agregó el delantero que llegó al Hull City hace cuatro temporadas. “Me hago cargo. Y las cosas cuando tienen que pasar, pasan”.

Durante el tiempo en que estuvo alejado de las canchas, el Hull City le dio permiso para viajar a Uruguay dos veces. La primera por tres semanas en septiembre, cuando no podía hacer casi nada. Se movilizaba con muletas y llevaba una bota. Y la segunda vez para pasar las fiestas con su familia. “Al principio sentía que pasaban los días y no podía hacer nada. Gracias a mi familia, a mis padres, a mi novia y a toda la gente que me quiere pude salir adelante. También busqué ayuda con una psicóloga, con la madre de Diego Rossi. Y ella me ayudó mucho en este momento tan duro de mi carrera. Empecé en Uruguay y luego la seguimos por videollamada. Seguimos hasta el día de hoy, dos veces por semana” contó Abel.

“Lo más difícil fue poder revertir la situación. Cuando me pasó pensaba que había sido solo mala suerte. Con la ayuda de Grisel, mi psicóloga, entendí, que sí, que era un momento muy difícil, pero que podía hacer muchas cosas para revertirlo. De a poco empecé a sentirme un poco mejor y a meterle en el entrenamiento para recuperarme lo antes posible. No podía volver el tiempo atrás, pero sí hacer cosas para estar mejor. Me centré en eso y en dejar todo en la recuperación”.

A la psicóloga la conoció por medio de su representante, Pablo Bentancur. “Fue un antes y un después. Al principio yo estaba como entregado, pero con su ayuda pude salir adelante. Hoy estoy muy bien y ya casi pronto para volver a jugar”.

La lesión del pandense tuvo lugar antes de los partidos de la selección con Argentina y Paraguay por las Eliminatorias, para los que estaba convocado. Vivió el resto de la clasificatoria por televisión. “Fue un momento duro para mí, pero también de felicidad. El grupo lo merecía. Se hicieron las cosas bien durante toda la Eliminatoria y eso dio sus frutos. Clasificar directo al Mundial no es poca cosa. Estoy muy feliz por los compañeros y el cuerpo técnico”.

Aunque sabe que no será fácil, Abel no pierde la ilusión de estar en Rusia. “Sé que va a ser difícil porque estuve parado mucho tiempo. Obvio que me ilusiono. ¿Qué jugador no lo hace?”, reconoció quien debutó en la selección mayor en agosto del 2010. “Son ocho años ya. Por eso me ilusiono y estoy tratando de hacer las cosas bien acá en Hull para poder tener una oportunidad de integrar esa lista mundialista”, explicó.

“Que hayan aparecido jugadores nuevos, jóvenes, no me preocupa. Eso es bueno para el equipo y para mí un estímulo más. Sé que me tengo que esforzar para estar en Rusia”.

Hull City

Extrañando a Emma en una ciudad tranquila

Abel lleva cuatro temporadas en el Hull City inglés. “Encontré un fútbol totalmente distinto al que estaba acostumbrado en Italia. Un fútbol muy rápido y muy competitivo, en el que cualquier equipo le puede ganar al otro, ya sea grande o chico”, explicó.

“También encontré un buen equipo, con muy buenos jugadores. Quizás ahora no estamos pasando nuestro mejor momento, pero sé que las cosas van a ir cambiando. Y también encontré una ciudad muy linda, con casas todas iguales y calles muy pequeñas. Yo vivo a 15 minutos del centro de Hull. Es una ciudad muy tranquila y eso es bueno para un futbolista”, afirmó. “Y también encontré una hinchada muy linda, con gente que me quiere mucho. Y eso siempre es muy lindo para un jugador”, contó sobre el club con el que termina contrato en junio.

Abel vive con su novia Florencia y ahora también están en Inglaterra sus padres, que viajaron para acompañarlo en su vuelta a las canchas. “Quieren ver mi primer partido”, contó.

La única que falta es su hija, la pequeña Emma, que tiene tres años. “Es hermosa, se me cae la baba cuando hablo de ella. Está en Uruguay. Pasamos bastante tiempo sin vernos, pero hoy con la tecnología podemos vernos casi todos los días”.

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