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El Gaucho lo domó

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El 2-1 de Progreso a Nacional
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APERTURA

Progreso aplicó una presión asfixiante sobre el principal generador de fútbol de Nacional y fue un equipo solidario para quitarle el invicto al tricolor.

Bien podrían los hinchas, los dirigentes, los futbolistas o el técnico de Nacional echarle la culpa al árbitro por la derrota, pero no lo hicieron. Más allá de la polémica por el penal sancionado en el último minuto, porque las imágenes no son claras (para quien esto escribe fue falta en el área de Mejía a Makuka), hay un sentimiento quizá no unánime pero sí generalizado de que Progreso fue un justo ganador.

El tricolor no jugó bien y a esta altura está bien que comiencen las preocupaciones, porque la formación alternativa que venía utilizando Alexander Medina para el torneo Apertura jugó igual o quizá peor que la alineación principal, esa que venía siendo utilizada para la Copa Libertadores, el miércoles de local en el empate 0-0 con Estudiantes.

Hace unos días se afirmaba que algunos jugadores que venían siendo importantes en la actividad de cabotaje merecían una consideración del entrenador para el elenco copero. Sin embargo, lo visto ante Progreso pone en duda aquello. El único que se salvó fue el arquero Luis Mejía y eso dice mucho del rendimiento colectivo tricolor.

Sería absolutamente injusto decir que la razón de la derrota de Nacional fue su mal juego. El mérito de Progreso para llevarse los tres puntos -de un valor enorme para la permanencia- fue mayúsculo, porque fue un equipo ordenado en todas sus líneas, solidario para ocupar los espacios, cauteloso para manejar el balón, con buenas intenciones de hacer rotar la pelota, dinámico en la transición defensa-ataque, vertical y veloz. Y además, ejerció una presión en la mitad del terreno que agobió a los tricolores, quienes en contadas ocasiones lograron hacer tres pases seguidos.

Al Gaucho solo hay que reprocharle un par de errores: el pase mal entregado por Castillo en la salida que propició el gol de Nacional (robo, habilitación de Bergessio y zurdazo cruzado de Bueno) y que en el segundo tiempo haya desperdiciado tantas chances propicias para anotar y liquidar el partido antes: Viega en el segundo palo, volea de Gottesman alta y un mano a mano del mismo jugador con Mejía bien definido pero que dejó la pelota ancha son algunos ejemplos de ello.

Hasta que llegó la patriada del zaguero Steven Makuka para lanzarse al ataque, ganarle en velocidad al intento de topetazo de Zunino y la falta de Mejía sobre el jugador Gaucho. Danilo Cóccaro puso en el minuto 90 la pelota en la red y así selló el triunfo de Progreso, que había tenido la buena fortuna de encontrar el 1-0 con un cabezazo sin querer de su centrodelantero Colman.

Nacional no jugó bien, básicamente porque Progreso rodeó a Sebastián Rodríguez y le impidió distribuir el balón. Esa clave táctica, sumada al bajo rendimiento de la mayoría de los futbolistas tricolores y al solidario juego colectivo del Gaucho le pusieron fin al invicto tricllor, que ahora tendrá una semana para preparar un nuevo equipo con vistas al juego con Defensor.

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