EN EL PALADINO

Por el trámite del partido y por las necesidades que ambos equipos tenían previo al choque, Progreso y Cerro tuvieron un empate agridulce. Para el albiceleste porque hizo méritos para llevarse los tres puntos y para el equipo local porque dejó pasar la chance de ser único líder del Clausura, aunque alcanzó a Nacional en la cima, por lo que sucedió horas más tarde de que terminara el juego en el Paladino.

El partido tuvo a un Cerro distinto al que se vio en otros partidos. Siendo protagonista y con el control de la pelota, lo que también complicó a Progreso porque antes de atacar debió hacerse del esférico.

Los de Antúnez estaban mejor parados en el campo, pero una distracción en el fondo le permitió la apertura a los locales. Un tiro de esquina rápido y corto derivó en un centro que cayó dentro del área chica y en un cabezazo de Gularte que permitió el 1-0.

De todas maneras, Cerro no bajó los brazos y encontró el gol gracias a quien era su figura hasta el momento: José Luis Tancredi. Una segunda pelota, tras un despeje de Progreso, quedó en los pies de Maureen Franco, el centro cayó en el área y tras una floja salida del arquero Suárez le cayó la pelota a Tancredi qe con una tijera marcó el 1-1 que iba a ser definitivo.

El segundo tiempo fue extraño porque fue muy pobre hasta la mitad y muy intenso sobre el final. Ambos equipos estaban obstinados en ir a buscar el segundo gol y por eso dejaban espacios que no fueron bien aprovechados.
Riquero desperdició dos chances claras de gol con dos cabezazos que pasaron muy cerca y Machado se perdió el mano a mano más claro que tuvo en el partido.

Es cierto que viendo lo que sucedió más tarde, el punto no cayó tan mal, pero viendo el vaso medio vacío la igualdad fue agridulce.