El recorrido de los entrenadores en Uruguay, en una actividad en la que sólo se paga el éxito, queda marcado en general por conquistas y derrotas. 

En blanco y negro, sin tonos de grises. Sin embargo, unos pocos elegidos también pasan a la historia por sus valientes decisiones.

En ese lugar anda Bengoechea de cara al clásico de esta noche, porque está brindando señales muy fuertes. Mientras Nacional pone a sus mejores hombres, porque está en una etapa avanzada de su proyecto futbolístico, el riverense no se aparta del rumbo que eligió recorrer. Incluso a riesgo de sufrir hoy, con un equipo en formación, ante una integración consolidada.

Ahí es donde está el valor y personalidad de Bengoechea, que apuesta por su proyecto, independientemente de que después, con el resultado a la vista, el único elemento de juicio, lo puedan crucificar.

Por esa razón, cuando en un tiempo pregunten por la forma en que el DT se presentó en los clásicos, coincidiremos en que será recordado por haber tomado la decisión de confiar en sus convicciones y con la espalda ancha que le brinda el lugar que ocupa en el club, no como entrenador sino como ídolo y gloria como jugador, el riverense toma hoy una alternativa llena de valentía.

A un toque