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El precio de una sombra

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Interés. El “Vasquito” tiene un significado especial para Peñarol.
Julio Barcelos¶

Peñarol sigue por Matías Aguirregaray, aunque no hay acuerdo económico.

La Paz. Cae la tarde del viernes 11 de octubre de 2012. La selección de Perú, que al otro día va a jugar contra Bolivia por las Eliminatorias llega al hotel sin haber podido ir a reconocer la cancha del estadio, derecho a cenar, porque el arribo tuvo un retraso de cuatro horas.

Pasa Sergio Markarian, atrás Pablo Bengoechea, y enseguida Óscar Aguirregaray. De apuro. Sin embargo, hay tiempo para los saludos; y para que a los pocos minutos la conversación del "Vasco" con Ovación —que estaba en la capital boliviana porque cuatro días más tarde Uruguay jugaría ante el local— se alejara del camino que recorrían incaicos y celestes rumbo al Mundial 2014: "Pidió un sueldo normal y no lo areglaron, ¡no pidió mucho!", dijo el padre con desencanto acerca de la situación del hijo, que venía del Cluj de Rumania, estuvo en contacto con Peñarol y no concretó su retorno.

Más que el padre, quizá, aquella vez habló el hincha, según se vería meses después: en 2013 el "Vasquito" regresó y...en mayo, Peñarol volvió a ser campeón uruguayo, como en 2009/2010, cuando con un gol suyo ganó el título que en lo que va del siglo XXI sólo logró en tres ocasiones.

Sí, Matías Aguirregaray —para Peñarol, al menos— tiene algo, además de su adhesión la causa que le viene casi desde la cuna, que en el fútbol a veces cuenta tanto como la técnica de los habilidosos y la contundencia de los goleadores: ¿ "ángel"? ¿fortuna?

No hay cómo definirlo, pero debe ser por eso que Pablo Bengoechea, y el propio "Vasco", lo han pedido, y el tema está en un plano similar al de 2012: hay acuerdo por el pase entre Peñarol y Estudiantes, pero cuesta que el "Vasquito" arregle su vinculación desde el punto de vista económico.

Acaso parezca que la extensión de la negociación no es la habitual a la que se hace por un lateral derecho, o volante por esa zona; pero lo cierto es que desde que Aguirregaray se marchó a Estudiantes luego de haber salido campeón con "Polilla" Da Silva, muchos jugadores siguieron su huella y ninguno pudo tapar su sombra: Baltasar y Alejandro Silva, Albín, Sandoval, Rodales, y hasta Marcel Novick.

Metedor. Pujante. Fuerte. Aguerrido. Futbolísticamente, algo desordenado y revoltoso. No, Aguirregaray no es ningún fenómeno. Sin embargo, esta vez Peñarol sigue negociando su concurso, con un ahínco quizá mayor a lo que es costumbre; pero es que el "Vasquito" parece tener algo que por ahí cuesta, porque no se toca, no se ve ni tampoco se compra: jugó en dos de las tres veces que Peñarol fue campeón en el siglo XXI.

La foja.

Mathías Aguirregaray se formó en la divisiones juveniles de Peñarol, debutó en 2008, pasó al Tarrasa español en 2010, jugó en Palermo de Italia en 2011/12, en el Cluj rumano en 2012, y en la selección en Eliminatorias y Copa Confederaciones

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Interés. El “Vasquito” tiene un significado especial para Peñarol.

PeñarolJORGE SAVIA

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