COPA LIBERTADORES
Pisó con absoluta intencionalidad a Joaquín Arzura cuando la jugada ya había terminado, el línea vio toda la jugada, se la contó al árbitro y éste tomó una decisión salomónica.
La jugada ocurrió en el minuto 19 y fue la polémica de la noche. Joaquín Arzura presionó desde atrás a Igor Rabello, el volante tricolor lo golpeó de atrás y el brasileño, luego de caer, se levantó y le aplicó un pisotón a la altura de la ingle derecha. Mientras el argentino se revolcaba de dolor, y ante la atenta mirada del primer asistente chileno Christian Schlemann, los jugadores de Nacional empezaron a llegar para recriminarle lo hecho al de Atlético Mineiro y así se armó un borbollón que tomó un par de minutos desipar.
En tanto, el asistente le informaba al árbitro principal Roberto Tobar lo ocurrido. La jugada no admitía discusión: era tarjeta roja para Rabello. Sin embargo, el línea podría haber entendido que en su intento por levantarse rápido el brasileño había pisado accidentalmente a Arzura. Las imágenes televisivas dejaban ver claramente que no había sido así, pero...
Ante lo ocurrido, las decisiones lógicas eran dos: tarjeta roja y expulsión para Rabello (era lo que correspondía) o bien nada, porque había sido una situación casual. Pues bien, Tobar tomó el camino del medio en una acción salomónica: amarilla para el brasileño.
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Allí el partido pudo haber tenido un giro, porque Nacional afrontaría 70 minutos con un futbolista más, pero quedaron 11 contra 11.