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Entre la playa y los hospitales

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De Amores

FÚTBOL

La vida de Guillermo De Amores, el arquero que aún no pudo debutar en Fluminense. 

De Amores
Arquero. De Amores en el jardín de su apartamento en Barra Da Tijuca, la casa en la que vive desde que llegó a Río. FOTO: Juan Pablo Romero. 

Frente a la preciosa playa de Barra da Tijuca y a un kilómetro de la casa del flamante presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, vive Guillermo De Amores, el arquero formado en las juveniles de Liverpool, que desde enero está en Fluminense, pero que no ha podido debutar. Es que las lesiones lo han perseguido.

“Tuve una rotura de meniscos en un entrenamiento. Los médicos decidieron suturarme porque es una zona que cicatriza bien, pensamos también en mi futuro, porque soy joven todavía, y sino tenían que sacarme el 80% del menisco. Arranqué la recuperación, venía lo más bien, pero a los 25 días, cuando me sacaron los puntos, empecé a hacer fiebre y los exámenes de sangre salieron alterados. Ahí decidieron abrirme, me lavaron. La primera cirugía fue el 1° de septiembre y la segunda el 10”, le contó el guardameta de 24 años a Ovación, en el hall del condominio en el que vive solo.

De Amores está ahora en la etapa de fisioterapia, no entrena junto al plantel y debe hacer ejercicios en su casa, más que nada de fortalecimiento muscular. “Hace dos días me sacaron el catéter, me habían mandado para casa con antibiótico y todos los días venía una enfermera. Perdí 12 kilos en esta etapa. Estuve casi un mes internado por las operaciones”.

Pero el tema de las lesiones no es de ahora: “Arranqué lo más bien en el equipo, estaba tratando de meterme en la oncena, sumando entrenamientos. El día que fui al primer partido contra Avaí por la Copa de Brasil fui al banco, luego del juego practicamos -acá es algo normal-, estaba haciendo un trabajo y sentí una molestia en la pantorrilla. Al otro día fui al club, paré una semana porque era una contractura, volví pero a la semana me desgarré el sóleo y tuve que parar”.

Antes, en Liverpool, De Amores tuvo una lesión en el ojo que lo sacó de las canchas por un par de meses y también sufrió una complicación de rodilla. “He estado un poco perseguido por la lesiones. Uno se hace millones de preguntas cuando pasan estas cosas. Más que yo soy muy constante y que trato de ser muy detallista para que no me pase nada. Pero todo por algo sucede... Tampoco estoy comiéndome la cabeza con el tema porque sino entrás en una rosca que no podés salir. También con la ayuda de psicólogos del club y de la familia todo es más fácil”.

El golero que fue Guante de Oro en el Mundial Sub 20 de 2013 cuando Uruguay perdió la final contra Francia en los tiros penales, dijo que “mi novia, Catherina, viene una vez por mes más o menos y mis viejos estuvieron conmigo cuando me operaron. Le tengo que agradecer a sus trabajos, porque la verdad es que se portaron muy bien. Con ellos el día a día se hace más llevadero”.

FLUMINENSE. De Amores tiene contrato con el “Flu” hasta fin de año, aunque el préstamo desde Boston River se puede extender por un año más.

“Obviamente que sin jugar, lesionado, es complicado una renovación. Se está viendo el tema de plazos; estamos esperando por eso porque la recuperación la tengo que terminar acá”, afirmó el arquero.

Al guardameta nacido en San Jacinto no le han dicho nada respecto a cuándo podrá volver a jugar oficialmente. Los médicos le comentaron que la recuperación es día a día, que no se tiene que apurar.

“Fluminense es un equipo muy ordenado, muy grande en Río y en Brasil, que siempre está intentando pelear arriba en el campeonato. El club no está pasando un buen momento desde lo financiero, pero hay una diferencia abismal con lo que estamos acostumbrados en Uruguay. Hay pequeñas cosas, detalles, que hacen la diferencia”, contó “Guille”, que fue a visitar a Alfonso Espino al hotel donde se hospedó Nacional en Río de Janeiro, ya que son amigos de San Jacinto. Incluso ambos hicieron dupla técnica en un equipo juvenil de la ciudad. El arquero ya tiene el curso de DT aprobado y es algo que realmente le apasiona.

“La unión del equipo dentro de la cancha es una fortaleza de Fluminense, esa sinergia que se genera por el conocimiento entre los compañeros es muy buena. No tiene grandes figuras, pero lo mejor es el trabajo colectivo”, analizó De Amores y concluyó, sobre la llave con Nacional, que “ya se vio que es muy pareja; se definirá por muy poca diferencia”.

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