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El "Pinocho" Vargas vive en Palma de Mallorca, pero le gustaría volver

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Ernesto "Pinocho" Vargas disfruta en Palma de Mallorca.

ENTREVISTA

Fue campeón de América y del mundo con Peñarol en 1982 y con Nacional seis años después. "Los dos equipos grandes fueron muy importantes, pero Nacional me volvió a la vida", asegura.

Florencia, una de sus hijas mayores está preparando un libro sobre él. “No sé que quiere hacer, ahora cuando venga en diciembre me explicará un poco. No sé si vale la pena, si soy como para hacer un libro. Parece que ahora, con 30 años, se está dando cuenta la dimensión que tiene un cuadro grande y lo que es hacer goles en una final porque dice que a todos lados que va ahí en Uruguay la tratan muy bien por Pinocho. Yo le explico que es porque he andado bien en la vida”, dijo con humildad Ernesto Vargas.

Hizo las divisiones formativas en Peñarol. Fue tres veces campeón uruguayo con los aurinegros. Y ganó la Libertadores y la Intercontinental en 1982. Seis años después, cuando pensaba que por las lesiones de rodilla no iba a poder volver a jugar, logró lo mismo en 1988 con Nacional.

Vive en Palma de Mallorca donde llegó un día hace 13 años para visitar a una cuñada y se quedó para siempre. “Es muy lindo, otro mundo. Vine a pasear y me quedé. Dijimos nos quedamos un año o dos, pero fue mucho más”, contó el exdelantero, cuyo último equipo fue Táchira de Venezuela. “Hubo cosas que pasaron en la Selección cuando estuve con Carrasco que no me gustaron y también por eso me vine. Necesitaba cambiar de aire y corté todo en Uruguay, aunque a veces hablo con los compañeros campeones de Cannes que tenemos un grupo de Whatsapp”.

En este momento, Vargas trabaja con juveniles con los que logró salir campeón.
En este momento, Vargas trabaja con juveniles con los que logró salir campeón.

Vargas esperaba conseguir en la madre patria el título para dirigir en Primera División, pero sólo le dieron la licencia 2, que lo habilita a dirigir juveniles. “Siempre estoy vinculado al fútbol. Hago campus de verano con infantiles y juveniles. Fui campeón cinco veces en juveniles”, afirmó quien no habla catalán. “Lo entiendo pero no hablo. Los veteranos hablan malloquín y ese sí que no se entiende”, explicó Pinocho, quien tiene cuatro hijos. María Ximena vive en Pamplona con el novio y Florencia está en Montevideo. trabajando para el libro. Los más chicos, de su segundo matrimonio, son Sofía Micaela (15 años) que es campeona de taekwondo y Lucas de 13 años. “Juega bien de 9, pero me salió portero. Ya lo llevaré a Nacional. Je”, bromeó.

COMPROMISO. Acostumbrarse a trabajar en el fútbol en Palma no fue sencillo. “Acá el fútbol no existe. Hay dos equipos: Mallorca, que ahora está en Primera, y Baleares. Son los únicos equipos donde los jugadores pueden albergar alguna esperanza. En Uruguay se respira fútbol y los niños ya nacen jugadores. Está todo organizado para que los jugadores puedan llegar, acá no. El compromiso es muy distinto al del latino. Para el latino lo primero es el fútbol, acá está en tercer lugar. Me costó acostumbrarme y en algunas cosas he cambiado. Acá es primer mundo. Hay canchas que son espectaculares, pero falta lo otro. Tienen todo para ser grandes, pero falta el compromiso”, informó.

“Hay muy pocos jugadores que hayan salido de Palma. Xisco, el que arregló ahora en Peñarol, es de aquí. Pero son pocos los que llegan porque no dependen del fútbol para salvarse. En Uruguay uno espera triunfar en el fútbol para comprarse una casa, y acá tienen el auto en la puerta a los 18 años. Los valores son totalmente distintos. Pero siempre voy a tener trabajo en el fútbol acá porque he hecho las cosas bien”, aseguró y aunque no había dicho que hay cosas que no quiere contar, hablo de su carrera.

Vargas en su pasaje por Nacional vistiendo los colores del tricolor. Foto: Archivo El País.
Vargas en su pasaje por Nacional vistiendo los colores del tricolor. Foto: Archivo El País.

RODILLA. “Tuve dos buenos momentos en mi carrera. El primero en Peñarol, antes de romperme la rodilla. Porque después viví tres años terribles esperando recuperarme y me decían que no iba a poder jugar más. Pero antes tocaba el cielo con las manos. Estaba en la Selección uruguaya y en un cuadro grande. Pero me lesioné justo. Y vinieron todos los problemas, hasta mi matrimonio quedó mal. Tenía 22 años y se suponía que no iba a jugar más. No sabía que iba a hacer de mi vida”, relató quien jugó en la Selección uruguaya antes de haber debutado en Primera División.

Peñarol me había dado a préstamo a Quilmes. Estuve seis meses y querían que me quedara un año más, pero Peñarol quería plata. Me hicieron volver y no jugué. Estuve seis meses parado hasta que me dejaron libre. Y vino Nacional”, añadió el doble campeón del mundo. “Los títulos se valoran todos. El de la Copa de Oro, el de los juveniles en Cannes, los de Peñarol, pero el más impresionante fue el de Nacional porque volví a vivir. Aunque siempre estaba el tema de la rodilla. Esa tontería de la rodilla siempre en mi carrera. La rodilla me marcó. El primer año en Nacional arreglé por partido, hasta que después de ser goleador de la Liguilla, en el 88, me hicieron un contrato normal. Hoy me identifico más con Nacional a pesar de haber jugado 13 años en Peñarol. Los dos equipos fueron muy importantes para mí, pero Nacional me volvió a la vida. Y lo voy a agradecer siempre”.

La lesión en la rodilla que sufrió con tan solo 22 años.
La lesión en la rodilla que sufrió con tan solo 22 años.

EL REGRESO. “He pensado muchisimas veces en volver. A mí me gustaría, pero sé por mis amigos que salvo que trabajes en un equipo grande está muy complicado. Además, yo me fui y me perdí. Y me costaría volver por mis hijos. Lucas nació acá, sería un cambio muy grande. Si estuviera solo, de repente volvería a Uruguay, pero estoy aquí por mis hijos. Yo me entero por mi familia como está la inseguridad allá. Yo antes vivía en el Hipódromo y hoy es zona roja. Te matan por cualquier cosa. Acá no hay rejas, no hay nada. Los autos quedan en la calle y no te tocan nada. Mi suegro a veces va a sacar plata de un cajero solo a las once de la noche y vuelve vivo. Eso es impagable. Esto es un paraíso en todo. Sólo volvería para dirigir a Nacional”.

Vargas luciendo la camiseta de Peñarol. Foto: Archivo El País.
Vargas luciendo la camiseta de Peñarol. Foto: Archivo El País.

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