DE VOLEA

DANIEL ROSA

Los técnicos suelen decir que se sacan más conclusiones de las derrotas que de las victorias. En general es así, porque a veces los éxitos tapan fallas que a la larga se terminan pagando. Sin embargo, también hay triunfos que dejan cosas importantes y el conseguido por Peñarol el domingo ante Cerro por 3-2 debe ser uno de esos casos. Fueron más que tres puntos los que obtuvo el mirasol, porque entre otras cosas logró remontar dos veces el marcador y llegar a la punta, pero por sobre todas las cosas fue de esas victorias que marcan. En primer término, porque ganar de esa forma (dos goles en los últimos tres minutos) otorga al plantel una fortaleza anímica muy importante. Segundo, porque se logró revertir un resultado adverso sin el principal referente en cancha (léase “Cebolla” Rodríguez), ausente por lesión. Tercero, porque el técnico Diego López tiene que haberse ganado el respeto de los desconfiados hinchas carboneros. Lo insultaron, como lo han hecho casi desde el primer día en forma despiadada, pero metió cambios de DT de equipo grande y así Peñarol fue al frente hasta sacar un triunfo de campeonato.