Fernando Álvez habló del pasado y el presente de los aurinegros, y Guruceaga del futuro en el arco.

Faltaba en el calendario de los uruguayos. Había que fijarlo, y lo hizo Ovación, en la casa de El País TV: a partir de ayer, se conmemora "El día del golero", momento en donde los invitados tendrán como común denominador, ser arqueros, calzarse los guantes y soportar el peso de los tres palos sobre sus hombros.

"El golero de un cuadro grande tiene que saber que el arco es grande pero lo tenés que dejar chiquito". La frase de Fernando Álvez abrió el fuego, ante la atenta mirada de Gastón Guruceaga, el juvenil que estará custodiando la valla de Peñarol en esta temporada.

"Cuando llegué a Peñarol me dijeron: acá hay dos obligaciones: ganar el clásico y salir campeón. Después venía la Libertadores, pero los clásicos y el Uruguayo, eran moneda corriente", agregó el exarquero de los aurinegros y la selección uruguaya.

"Me acuerdo cuando llegó Gastón (Guruceaga) a Peñarol. Había como 40 arqueros y Púa y Listur me habían pedido una mano para que los asesorara. No era fácil. Lo vi, y dije: Este. Me impresionó apenas lo vi. Por su físico y condiciones. Listur me decía: ¿Te parece? mirá que es grande para 13 años, tiene mucha cadera. Y yo le repetí: Este, y al final quedó".

"La verdad, cuando llegué había un montón de arqueros. Antes, a los 12 años había ido a Danubio pero mi madre no quiso que me quedara, era muy chico. Y un año después, en esos campamentos que hacía Peñarol en el interior, me citaron. Vine y había diez goleros, y pensé, ¿para qué vine?, pero me quedé. Después hice toda la escalera, jugué en todas las divisionales", dijo Guruceaga, hoy titular en el arco.

"Es una linda posibilidad que se me presenta atajar en primera. Espero aprovecharla", agregó el juvenil.

El arco de Peñarol pasó por un montón de manos, un "karma" que parece haber quedado resuelto con el ascenso de Guruceaga ante la partida del argentino Pablo Migliore.

"Con Migliore tuve una muy buena relación, me gustaba su personalidad, concentrábamos juntos y aprendí bastante. No le entraba nada, eso me gustaba, tenía muy clara las cosas", dijo Guruceaga.

"Para mí Migliore tuvo cosas buenas y cosas malas. Me fui recaliente en el clásico del gol de Recoba. El partido estaba liquidado y él, por pelear con los rivales, hizo que Nacional se fuera arriba. En eso se equivocó. Hay que saber manejar los tiempos y los partidos, y no supo hacerlo. Pero no sólo Migliore, hace tiempo que Peñarol ya no es el mismo en muchos aspectos . La ventaja que tenía sobre Nacional parecía indescontable, le ganaba en todo, en clásicos, en campeonatos uruguayos le llevaba una ventaja enorme, y hoy se está acortando. Se perdió la mística. Yo siento que a Peñarol le robaron el alma. No es una empresa, no es una fábrica, es un club de fútbol, tiene que haber más pasión, y no le hecho la culpa a los jugadores, esa pasión se perdió desde la dirigencia, todo es muy frío", señaló Álvez.

Entrenador, también entrenador de arqueros, hoy lejos del fútbol, Álvez dio su versión: "Cuando no sos sumiso y tenés opinión propia no servís y estás afuera del sistema", indicó.

El tema de la línea de tres que plantea Pablo Bengoechea también estuvo sobre la mesa: "Para un arquero la línea de tres es más fácil para salir jugando porque tenés un receptor más", dijo Guruceaga, y agregó: "Soy zurdo, trato de jugar bastante con los pies. Entreno mucho ese aspecto porque es clave en el fútbol de estos días. Miro a muchos arqueros del resto del mundo. El arquero más completo para mí es Neuer y también Ter Stegen,".

"El fútbol cambió y el puesto también. Y hay un mito que hay que desterrar: no todas las pelotas que caen en el área chica son del golero", aclaró Álvez, que supo jugar con línea de tres con Menotti.

"Para mí no es presión, es una responsabilidad estar en el arco de Peñarol", redondeó Guruceaga, en "El día del golero" en Ovación TV.

PeñarolJOSÉ MASTANDREA